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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 196

Capítulo 196

Este hombre tenia un porte serio y agudo, incluso sin enfadarse desprendía una cierta autoridad.

Su figura alta y robusta avanzaba hacia Elia con pasos firmes

Elia se volvió y vio que Asier venia.

Inmediatamente se levantó, olvidandose de tratar su dedo herido.

Asier llegó hasta ella, tomó su dedo sangrante y al ver como la sangre se acumulaba en su dedo, frunció ligeramente el ceño, diciendo: “No deberías recoger pedazos de vidrio con las manos, voy por el botiquin”

Dicho esto, la llevó hacia la estanteria, donde estaba el botiquin.

Elia rápidamente retiro su mano de la de el: “No es necesario, es solo un pequeño corte.”

Luego, puso su dedo en la boca, lo chupó un poco, y luego se lo mostro: “Mira, ya está mejor, ¿no? Somos gente resistente, no somos tan frágiles.”

No había mas sangre en su dedo, y la herida ya había dejado de sangrar.

Sonrio levemente, cogió la escoba y comenzó a limpiar los pedazos de vidrio del suelo.

“Sr. Griera, lo siento, sin querer rompi taza. Se lo diré al gerente y el costo de la taza se descontará de mi salario”, dijo Elia mientras barria.

Asier podia ver que ella estaba evitandolo

Con su voz profunda dijo: “No es necesario, es solo una taza El Grupo Griera tiene muchas más.”

Asier se acercó a ella, dispuesto a explicarle lo que había ocurrido esa mañana.

Pero Elia levantó la vista, sus ojos destilaban cierto sarcasmo y mirando directamente a Asier, dijo: “Claro, tu empresa nunca carece de nada, tu familia es de la alta sociedad, que podria faltar? Mucho menos tú, Asier que tienes de todo”

Las mujeres que se agolpaban a su alrededor eran innumerables.

Cambiar de mujer para el era tan simple como cambiar de camisa.

Termino de barrer los pedazos de vidrio, cogió la escoba y la pala y se volvió para irse

Asier entendio el significado de sus palabras, se adelantó y bloqueó su camino, su rostro apuesto era frio pero urgente: “¿qué te dijo mi abuelo esta mañana?

Elia evito su mirada, mirando hacia otro lado: “Nada.”

“Cualquier cosa que sea que haya dicho, no refleja mi opinión. Elia, sobre lo que ocurrió hace cinco años Asier quería decir que no se retractaría de la promesa que hizo hace cinco años

Pero Elia se altero: “Lo de hace cinco años fue un accidente, y además, Sr. Griera, eres guapo y tienes buen cuerpo, yo tampoco perdi nada, ¿verdad? Podemos considerarlo un intercambio justo, a partir de ahora, no nos debemos nada”

Dicho esto, Elia salió rápidamente de la oficina.

¿Un intercambio justo?

¿No debemos nada?

Esas palabras, se clavaron en el corazón de Asier como la picadura de una abeja.

Sus ojos profundos se oscurecieron y un escalofrio se extendió por su cuerpo.

La habia buscado durante cinco años, ¿para ella, su noche juntos fue solo un encuentro casual de una noche?

Un torrente de ira surgió desde lo más profundo de Asier.

Volvió la vista y se sentó en su escritorio para empezar a trabajar.

Espero toda la mañana a que ella apareciera para poder explicarle que las palabras de su abuelo no reflejaban su opinión.

¡Pero ella habia mostrado una actitud de no deberle nada a nadie!

Ninguna mujer se habia atrevido a hablarle de esa manera antes!

Asier tenia su propia dignidad y orgullo, si su explicación nu era aceptada, jentonces ella era libre!

Elia, reprimiendo sus emociones, entró en el ascensor, sus hombros tensos se relajaron, pero su corazón revoloteaba como las olas, sintiendose autocompasiva y triste.

Como se esperaba, solo una mujer de una familia igualmente acaudalada podria casarse con un hombre de la familia Griera.

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