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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1850

Capítulo 1850

“Jimena, soy yo”

Desde el otro lado del teléfono, una voz masculina resond.

Jimena, sintiendo un calor repentino en su cabeza, estaba a punto de soltar una palabrota cuando, de repente, reconoció la voz. ¡Era

Orson!

¿Qué pasa? ¿Los estafadores ahora saben imitar voces?

¿Sabian acerca de su conexión con Orson y ahora imitaban su voz?

Jimena giró sus pensamientos rápidamente, tragó su ira y preguntó con calma: “¿Orson?”

*Si, tu amigo Orson Salcedo. El dijo que tú podrías liberarlo. La voz del policia retomó la conversación desde el otro lado.

Jimena se quedó atónita, parpadeando varias veces antes de darse cuenta. ¿Así que la llamada no era de un estafador, sino de un verdadero policia?

“Si no puedes venir, entonces lo dejamos encerrado según la ley.” Mientras Jimena dudaba, la voz del policía volvió a sonar, listo para colgar

Jimena interrumpió rápidamente: “Espera, espera, no he dicho que no voy a ir. Solo quiero saber, ¿qué hizo? g2

“Él estaba en un club nocturo buscando compañia no adecuada y tuvo una pelea con ella, causándole heridas graves y al final tuvieron que hospitalizar. Lo acusan por disputas financieras asi como fisicas causadas por la pelea. El policía explicó concisamente los problemas de Orson.

Jimena quedó boquiabierta

Ir a un club noctumo en busca de compañía no adecuada, pelearse con ella, y tener problemas tanto de dinero como fisicos.

Cada una de esas frases era grave y daba una clara idea de lo que había ocurrido.

El corazón de Jimena se hundió, decepcionada al extremo.

Esbozó una sonrisa irónica y colgó el teléfono.

Orson seguia siendo el mismo de siempre, disfrutando de los clubes nocturos y de las chicas, tan libertino como siempre.

Ella había sido tan ingenua esperando vivir una vida normal con él.

Ahora, al pensar en sus fantasias pasadas, se parecian más a ilusiones vanas.

Era de noche en la estación de policia.

Cuando Jimena apareció, vio a Orson acumucado en un rincón, con las manos en la cabeza, en una imagen de extrema miseria. Se acercó sin que él se diera cuenta.

Después de un rato parada frente a él, Orson levantó lentamente la cabeza y al ver que era Jimena, sus ojos cansados se abrieron de golpe, exclamando con alegria: “Jimena, viniste!”

Al ver a Orson ahora, Jimeria solo sentia un agotamiento profundo. Le lanzó una mirada y se dio la vuelta para irse: “Vamos. Orson se apresuró a seguirla: “Jimena, espera.”

Saliendo de la estación de policía, el frío viento de otoño soplaba con fuerza, causando un dolor punzante en la piel y haciéndola

estremecerse.

Jimena no pudo evitar abrazarse a sí misma. En ese momento de frio, se encontro con una chaqueta sobre sus hombros, que aún conservaba el calor del cuerpo de un hombre y su fragancia.

Era el suave aroma de menta que Jimena una vez habla adorado locamente.

Cuando la chaqueta cayó sobre ella, su corazón se contrajo instintivamente. Agitada, dejó caer la chaqueta al suelo y se volvió con enojo hacia Orson: “No te acerques a mi!”

Con eso, se alejo rápidamente.

Orson se sintió herido por el rechazo y la repulsión en los ojos de Jimena. Su expresión se oscureció, y sin seguirla, le gritó a su espalda “Jimeno, ¿qué significan esos ojos?”

Tu sabes bien las cosas sucias que has hecho, venir a pagarte la fianza ya es demasiado generoso de mi parte. ¡Orson, han pasado tres años, pense que hablas cambiado, pero sigues siendo el mismo! Estoy tan decepcionada de ti, desde ahora, mejor no nos

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