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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1808

Capitulo 1808

Fla reconoció a su hijo Abel de inmediato

Aunque habia crecido y madurado, era el niño a quien Ella habla enado. Su apariencia, su aura y esa sensación de cercanía que tenía, atrajeron la mirada de Ella y tocaron su coron en cuanto apareció

ló más baja que Abel y no

Como hacia el emocionada y se agacho como sola hacerlo, porque solo asi podia mirarlo a los ojos Pero ahora, al agacharse, quedó pudo mirado a la misma altura, sino que tuvo que levantar la vista hacia el

PER SU

Ella puso sus manos en los hombros de Abel, mirándolo con lágrimas en los ojos, examinandolo detenidamente para asegurarse de que realmente pra Con el corazón no de añoranza. Ela lo abrazó fuertemente, poniendo todo el amor y la añoranza de los años pasados en ese abmzo.

Mientras lo abrazaba, dijo conmovida: “Abel, eres tú, has crecido tanto, ya casi estas tamaño como mama…

Después de todo. Abel era solo un niño de casi ocho años.

suhjo

Abel se tensó por un momento, era la primera vez en tres años que alguien lo abrazaba, y no estaba acostumbrado Pero pronto se relajó al saber que quien lo abrazaba era su madre, la mujer que añoraba todos los dias en la academia militat

Abel tambien levantó sus manos y abazo a Elia suavemente, diciendo con una voz Indavia infantil: “Mamd, levántate, no te agachés que le deberán las pemba Mientras hablaba, Abel también apretó la mano de Elia, ayudándola a levantarse

Al escuchar la palabra “mama” después de tanto tiempo, Elia se emociono hasta las lágrimas, que brotaron de sus ojos como un rio desbordado

Llorando de alegria y alivio, se levantó con la ayuda de Abel

Al soltarlo, apoyándose en sus hombros, Elia to miró a través de sus lágrimas borrosas: “Mi quando Abel realmente ha crecido, si sigues asi, pronto mamá no te

reconocem

Alver llorar a Elia, Abel que siempre había sido reservado, también sitio un calor en sus ojos. Levantó la mano para secar las lágrimas de Elia, intentando controlar su voz para sonar calmado y dijo: “Mamá, no importa cuanto tiempo pase, siempre te reconocenc

Esas palabras de Abel hicieron que Elia volviera a llenarse de lágrimas

El niño frente a ella era su tesoro, el que habla llenado sus pensamientos dia y noche. Tres años sin verlo y habla pasado de ser un pequeño tesoro a uno grande ‘Mama, no llores, si sigues asi ya no te verds bien. Papa te rechazar dijo Abel al ver que Elia no paraba de llorar, con una voz infantil que pretendia ser burlona Elia rompió a rir entre lágrimas y pidamente se su cara para llevar a Abel junto a Asier. “Aqui está tu papá, aún no le has hablado,” le dijo a Abel.

Había estado tan atrapada en la alegria del reencuentro con Abel que casi se olvida de Asier

Abel observó a Asier con ojos negros e intenses, midiendo al hombre que una vez le habia parecido inalcanzable, y que ahora, sentado en una silla de ruedas, era incluso más bajo que él

Aún vestia un traje negro hecho a la medida, distinguido y elegante, pero le faltaba la autoridad dominante de antaño

Abel sabia que su padre estaba en una silla de ruedas porque no podía ponerse de pie. Y hoy, era precisamente porque e su padre no podia levantarse que Pascual y aquel López hablan venido a humillar a su padre y a su madre.

Abel mind a Asie sintiendo una mezcla de tristeza y dolor. Soportaba el sufrimiento en su corazón sin decir una palabra, pareciendo inexpresivo.

Asiet, por su parte, apretó los brazos de la silla de ruedas con fuerza, mirando fjamente a su hijo Abel con ojos enojados.

El pequeño se parecía mucho a él era como una versión en miniatura de si mismo

Incluso podia ver en sus ojos la misma arrogancia y ambición que el había tenido en su juventud.

Asier se sentia orgulloso de Abel.

Pero no podia abrire caminos ni protegerla. Ahos era solo un hombre confinado a una silla de ruedas, mas bajo que su hijo cuando estaban juntos.

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