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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1757

Capítulo 1757

Cecilia se volvid, con lágrimas corriendo por su rostro, y con voz quebrada dijo: “Papa…”

Esa palabra tocó el corazón de Maximiliano, quien abrazó a Cecilia, consolándola suavemente, mientras miraba con ojos llenos de tristeza la espalda de Elia, que se alejaba con Asier,

Ambas eran sus hijas, pero Asier solo podia pertenecer a una; no había forma de hacer felices a las dos.

Sabia que una de sus hijas iba a salir lastimada,

Al principio, intentó cumplir todos los deseos de Cecilia, su hija menor, porque la amaba más que a Elia; no queria que Cecilia perdiera al hombre que amaba. Si Cecilia se casaba con Asier, su futuro y seguridad estarian asegurados, y Maximiliano ya no tendría que preocuparse por ella.

Elia, por otro lado, siempre había sido más fuerte frente a la adversidad.

Aunque perdiera a Asier, solo sufriría por un tiempo; luego se recuperaría y continuaría con su vida alegre y optimista.

Por eso Maximiliano eligió satisfacer a Cecilia y perjudicar a Elia.

Pero al final, las cosas resultaron al revés.g2

Benjamin observó a Asier marcharse y dijo con enfado: “Asier, piénsalo bien. Si te vas de aqui, olvidate de recibir algo del Grupo Griera. ¿Estás seguro de que quieres quedarte sin nada por esta mujer?”

Al oír esto, Elia se tensó y su paso vaciló por un momento.

Hasta que la voz de Asier sond: “¿Por qué te detienes? Sigue adelante.”

Elia volvió en sí y apresuradamente continuó empujando la silla de ruedas.

El camino se abria entre la multitud, dejándoles un pasillo para que se alejaran,

Los periodistas buscando la noticia no dejaban de grabar y fotografiar a Elia y a Asier, asi como a Cecilia y Maximiliano.

Un espectáculo impresionante que se transmitia en vivo, en varios canales, y que ya era la sensación en internet.

Pero Elia, la protagonista, estaba ajena a todo esto.

Jimena, al ver que Elia finalmente llegaba empujando a Asier, se apresuró a recibirlos, exultante: “¡Elia, estuviste increible! Grité por ti desde las gradas, ¿me escuchaste?”

Elia le sonrió levemente y asintió, confirmando que había oído.

“Asier, mi auto está afuera, vamos a salir de aqui, dijo’Orson acercandose para saludar a Asier.

Pronto, los cuatro abandonaron el hotel, y al salir se encontraron con Floria, luchando contra varios guardaespaldas. Floria se movia con agilidad y astucia, controlando a sus oponentes sin hacerles daño.

Al ver a Floria aun peleando, Jimena se quedó atónita: “Vaya Floria, qué habilidad! ¿No estás cansada de pelear sola todo este tiempo?”

Floria se distrajo un momento para mirarlas y al ver que Elia y Asier habían salido, sonrió feliz: “¡Lo lograron, qué maravilla! ¡Ay!”

* 2 2 2 5 US US E

Fue precisamente al decir esas palabras que un golpe de un guardaespaldas la alcanzó en el ojo, provocando que gritara de dolor

Floria

El guardaespaldas intentó aprovechar el momento para atacar de nuevo, pero la voz de mando de Asier interrumpio: “¡Todos deténganse!”

El puño de uno de los guardaespaldas ya estaba en pleno vuelo hacia el rostro de Floria, pero al escuchar la orden, se detuvo a un centimetro de su nariz.

Floria, recuperándose, lanzó una patada que lo hizo retroceder tambaleándose.

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