Switch Mode

¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1748

Capítulo 1748

Jimena expresó su sorpresa y miró hacia Floria, luego giró su mirada hacia Elia, esperando su respuesta.

Ella estaba convencida de que Asier se casaba con Cecilia por esa misma razón.

Floria captó la mirada de Jiména y también esperaba ver la reacción de Elia.

Elia respiraba agitadamente, su expresión era de emoción mientras miraba a Floria. Apretó su garganta y con voz profunda preguntó: “Es verdad lo que dices?”

Floria asintió suavemente: “Es verdad. La primera vez que traté a Asier, tú también estabas allí, ¿recuerdas? En aquel momento él sentía dolor y el Dr. Díaz dijo que era una buena señal. Después de que el Dr. Díaz tomara su pulso y tras varias pruebas con agujas de plata, llegó a la conclusión de que Asier tenía una percepción ficticia en las piernas.”

“¿Dices que cuando supo que podría quedar discapacitado permanentemente, rompió una taza? ¿Cuánto tardó en calmarse?” Elia hizo la pregunta con los ojos ya enrojecidos.

Le resultaba difícil imaginar el golpe que había sido para Asier saber que estaría discapacitado para siempre, el dolor que debía sentir en su corazón.

Él siempre había sido un hombre que se mantenía por encima de los demás, acostumbrado a estar en una posición elevada. Caer de repente del cielo a la tierra ya había sido un duro golpe, y ahora tenía que aceptar que sus piernas estarían discapacitadas permanentemente.

Elia no quería ni pensar que para Asier esto sería más doloroso que la muerte misma.g2

“Cinco minutos, más o menos, fue lo que tardó en calmarse y me pidió que no te lo dijera“, respondió Floria a la pregunta de Elia. “Ahora que te lo he contado, después tendré que confesar todo al comandante y asumir las consecuencias.”

Floria no era una persona deshonesta; simplemente sabía que el vínculo entre Elia y Asier era profundo, y ahora Asier se iba a casar con otra persona. Si no lo decía, Elia y Asier podrían perderse el uno al otro para siempre.

No quería que Elia viviera con arrepentimientos.

“Lo siento, te he puesto en una posición difícil“, dijo Elia a Floria, respirando pesadamente.

Al conocer la verdad, hasta respirar le dolía. Siempre había pensado que Asier solo necesitaba recibir tratamiento y que pronto podría ponerse de pie, volver a ser el Asier dominante y autoritario de antes.

Jamás imaginó que él había soportado tanta presión, aceptando en solo cinco minutos la posibilidad de que nunca podría levantarse de nuevo.

Y sin embargo, le había ocultado esa realidad durante tanto tiempo.

“Elia, ¿qué estás esperando? ¡Ve a buscar a Asier ahora mismo! Creo que estando ustedes dos juntos, puede haber un milagro“, instó Jimena con urgencia.

Ella no podía soportar ver a Elia tan afligida, incluso cada respiro parecía doloroso. ¿Por qué tenían que torturarse el uno al otro cuando era evidente que se amaban?

Elia levantó la vista y miró a Floria con sus ojos enrojecidos por las lágrimas.

Floria asintió con firmeza.

En ese momento, Elia tomó una decisión, secó sus lágrimas y se dirigió rápidamente hacia el ascensor.

“Yo te guiaré, sé en qué hotel está la boda de Asier. ¡Te llevo en auto!“, exclamó Orson, arrastrando su maleta y acercándose rápidamente.

Orson condujo a Elia, Jimena y Floria directamente hacia el Hotel Internacional la Capital, pasando varios semáforos en rojo por el camino.

Jimena, un poco traumatizada por experiencias pasadas, le recordó a Orson: “¡Ten cuidado, no queremos otro accidente!” “Tranquila, estoy prestando mucha atención esta vez. No habrá problemas“, aseguró Orson mientras se hacía espacio para continuar hablando.

Tenían que llegar al Hotel Internacional la Capital lo antes posible para impedir la boda de Asier y Cecilia. Si intercambiaban anillos frente a los medios y completaban la ceremonia, sería demasiado tarde.

Capitulo 1740

Así que Orson aceleró, corriendo contra el tiempo.

Pronto, llegaron al Hotel Internacional la Capital.

Orson salió del auto y, junto a las otras tres personas, se apresuró hacia el interior del hotel.

En la entrada del hotel había muchos guardias de seguridad vestidos de negro, manteniendo una vigilancia estricta. No había gente ajena alrededor, ya que hoy el hotel internacional la Capital había sido reservado completamente. Todo era para prevenir cualquier incidente inesperado que pudiera arruinar la boda de Asier y Cecilia.

Cuando Orson y su grupo intentaron entrar, un guardia de seguridad extendió su mano para detenerlos: “El hotel no está recibiendo huéspedes en este momento. Por favor, busquen otro lugar.”

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset