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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1692

Capitulo 1692

Jimena sintió un zumbido en su cabeza, sabla que su madre no la dejaria en paz tan fácilmente.

Sentados a la mesa, sin esperar a que Jacinta dijera nada. Jimena tomó la iniciativa: “Mama, después de la cena, llévate a los niños contigo. Quisiera hablar a solas con Orson“.

*¿Por qué no podemos hablar todos juntos?“, replico Jacinta, desconfiada de las intenciones de Jimena.

Esta vez no podían dejar que Jimena hiciera lo que le viniera la gana.

“Mamá, justo tengo algo que quiero discutir solo con Jimena, Mañana yo los buscare a ti y a los niños“, intervino Orson, apoyando inusualmente a Jimena.

El necesitaba tener esa conversación a solas con ella.

Los sentimientos que guardaban debían expresarse cuando nadie más estuviera presente.

Jacinta parecía querer decir algo más, pero al ver la firmeza de Orson, decidió dejarlo pasar.

Después de la cena, Jacinta se llevó a Fred y Adora, dejando a Jimena con Orson.g2

En cuanto su madre y los niños se fueron, ¡Jimena estaba lista para ajustar cuentas con Orson!

Lo miró con ojos en blanco y dijo con fuerza: “¿Quién te dio permiso para llamar a mi madre así?”

“Mi futura esposa lo pidió“, respondió Orson con una sonrisa traviesa en los labios.

Jimena alzó su mano para golpearle la cabeza: “¡Quién va a ser tu futura esposa! Además, ¿En qué momento pedi que la llamaras mamá?”

Orson atrapó su muñeca con precision, tiró con fuerza y la atrajo hacia él, su pecho golpeó justo contra el suyo.

Una fragancia suave y fresca inundó sus sentidos, apretando la garganta de Orson.

El suave cuerpo de Jimena chocó contra su pecho como algodón, haciendo que el corazón de Orson latiera con fuerza, perdiendo un latido.

Sin previo aviso, Jimena cayó en sus brazos, y la poderosa presencia masculina, lleno de un atractivo sensual hizo que su piel se tensara, provocando que el corazón de Jimena latiera

descontroladamente.

Con la respiración contenida y los ojos agrandados, levantó la vista hacia Orson.

Su hermoso rostro, casi diabólico, estaba tan cerca que no podia evitar ser arrastrada por la

tentación.

Ella era una mujer normal con deseos, y después de tres años de soledad, el cuerpo de Jimena anhelaba aún más, sensibilizado.

Ese simple choque hizo que el corazón de Jimena se acelerara y su rostro se calentara al instante.

Orson bajó la vista, sus ojos zorrunos se encontraron con los de ella, y en ese momento, todos los años de anhelo y deseo se despertaron en su cuerpo, invirtiendo el flujo de su sangre y apretándole la

garganta.

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18:22

Orson trago saliva y lentamente se acercó a Jimena.

Su alento masculino se esparcia sobre la cara de Jimena, haciendo que su respiración se volviera más y más agitada, su corazón golpeaba como un pequeño ciervo.

Con la mirada nublada, observó cómo los labios sensuales de Orson se acercaban lentamente, su cerebro empezó a marearse y con la respiración entrecortada, cerró los ojos lentamente.

Sin embargo, el beso esperado no llegó: en su lugar, Orson la abrazó fuertemente, rozando su mejilla ardiente contra la de ella, apoyando su barbilla sobre su hombro y riendo suavemente.

Una risa que hizo temblar su pecho.

Jimena aturdida y sacudida por su risa, de repente volvió en sí, abrió los ojos y, confundida y avergonzada, dijo: “¿De qué te ries?”

*Admitiste que eres mi futura esposa, eso es maravilloso“, sonó la voz magnética de Orson en el oído de Jimena.

Su excitación no era solo por el contacto cercano con Jimena, sino también por las palabras espontâneas que ella había dicho momentos antes.

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