Capítulo 159
Elia era más alta que Vania, por lo general, Vania siempre le gustaba ponerse tacones para parecer más alta que Elia, pero en este momento, recién se había levantado de la cama, ni siquiera llevaba zapatos, y se veía más baja comparada con Elia en zapatos planos.
Además, Elia usualmente hacia trabajos pesados, por eso tenía más fuerza.
Con facilidad, ella atrapó a Vania.
Vania no lo vela venir, se encontró en el suelo y recibió una fuerte bofetada, su cabeza daba vueltas y su cara dolia intensamente.
Vania rápidamente se giró, mirando furiosamente a Elia: “Te atreves a pegarme, voy a pelear contigo!”
Vania intentó levantarse, pero Elia la sujeto con una mano, mientras que con la otra le dio otra bofetada.
Elia jadeo y dijo enojada “Estas dos bofetadas son para que entiendas lo que estoy diciendo!”
Vania aun intentaba hacerse la tonta!
Hizo tantas cosas para lastimarla y aún fingia no entender lo que ella estaba diciendo. ¡Si no va a confesarlo, entonces las bofetadas la harán confesar
todo!
Hace cinco años, Vania habia encerrado a Elia en el cobertizo bajo el pretexto de buscar leña, mientras que ella se iba a la cama con su novio, dejando a Elia con el desconocido Asier.
¡Se merecia esas bofetadas! Estas dos bofetadas llegaron cinco años tarde!
Incluso después de golpear a Vania, Elia todavía no podía calmar su rabia.
Vania tenia la cabeza inclinada hacia un lado debido a los golpes, el dolor en una mejilla todavía no habia desaparecido cuando la otra mejilla recibió otro golpe, el dolor que sentia en su cara era insoportable para ella.
Vania temblaba de miedo, incluso le costaba respirar. El dolor era tan grande que no se atrevia a moverse, cerró los ojos, intentando aliviar el dolor.
Al ver que ella no decía nada, Elia la empujó furiosamente y dijo: “Si descubro que estás tramando más cosas contra mi, recibirás más que unas bofetadas!
Después de decir eso, Elia se giró y se fue.
Vania yacia en la cama, con ambas mejillas hinchadas y doloridas por los golpes, levantó la mano y toco suavemente su rostro, el dolor era insoportable, asi que rapidamente retiro su mano
Estaba tan enojada que su pecho subia y bajaba violentamente, las lágrimas se acumulaban en sus ojos, llenos de malicia, gritó en silencio.
“Elia! Maldita perra, ya verás!
Elia llego a casa y le dijo a Rosalinda: “Mañana volvemos a la Capital, pasado mañana comienzo a trabajar.”
Rosalinda queria hablar con Elia, pero antes de que pudiera abrir la boca, vio a Elia entrar en su habitación y cerrar la puerta.
Elia se apoyo en la puerta, su tension estalló de repente, su corazón estaba lleno de amargura y tristeza. Las lágrimas llenaron sus ojos y brotaron rapidamente como una marea
Lloraba por las injusticias de los últimos cinco años.
A pesar de haberle dado una lección a Vania, no podía cambiar los últimos cinco años, sus hijos nunca habían experimentado el amor de un padre.
Ella sentia una profunda tristeza por sus cuatro hijos.
En el pasado, siempre pensó que, si no encontraba a ese hombre, era su culpa, porque habia perdido su colgante, por eso sus hijos no podian encontrar a su padre
Al principio, estaba llena de confianza, creyendo que, si encontraba el colgante, encontraria al padre de sus hijos, y entonces podria llevarlos a buscario
No importa lo difícil que fuera la vida en el pasado, siempre enfrentaba todo con una actitud optimista y alegre, creyendo que un dia encontrana al padre de sus hijos
Ella queria que sus hijos también experimentaran el amor de un padre.
Pero ahora, aunque ha encontrado al padre de sus hijos, él no está interesado en ellos.
Ella solía creer que, si encontraba al padre de sus hijos, ellos tendrían amor paternal, pero esa creencia se derrumbo en un instante.
Sentia como si su mundo se desmoronara, se sentia impotente y adolorida, su corazón estaba lleno de tristeza.
“Mama” Abel, que estaba en la cama, se despertó, frotandose los ojos, llamó a Elia con su voz infantil.