Switch Mode

¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1510

Capítulo 1510

Jimena abrió los ojos de par en par al ver a Orson y todavía no podía creer que fuera real.

¡Ese hombre frente a ella era realmente Orson!

Entonces, ¿lo que acababa de escuchar también era cierto?

Jimena levantó la mano y le dio una palmada en la mano que Orson le extendía, y con una actitud despreocupada dijo: “¡Orson, estás loco o qué! ¿Has dejado de ser el vicepresidente del Grupo Salcedo para ir a trabajar para otros?”

Tomeo se alarmó al oír eso, pensando que Jimena con su franqueza iba a ofender a los presentes, y se apresuró a explicar: “Orson, Jimena tuvo un accidente de coche hace poco, se golpeó la cabeza y se la dañó, dice cosas sin pensar, no te lo tomes a pecho…”

Pero Orson parecía estar acostumbrado, solo sonrió y dijo: “No creo que se haya dañado su cabeza, más bien parece que siempre ha sido así. De lo contrario, ¿cómo podría hablar sin pensar como siempre lo hace?”

Tomeo pensó que Orson estaba molesto con Jimena y estuvo a punto de intervenir para seguir justificándola cuando, al intuir lo que estaba pasando, dijo sorprendido: “Orson, ¿conoces a Jimena?”

“¿Conocerlo yo? Antes de que mi cerebro se viera afectado por el accidente, lo perseguía pensando que era una estrella” Dijo Jimena, cambiando su actitud de asombro por una mirada despectiva hacia Orson.

Lo que menos le gustaba era que la gente dijera que tenía la cabeza dañada, Orson solía burlarse de ella así antes, y en ese momento lo decía frente a su gerente.g2

Jimena, con su temperamento explosivo, ya era mucho que no hubiera reaccionado en el acto.

“Vaya, Jimena, ¿en serio perseguiste a Orson? ¡Tienes un gran coraje! Te atreves a perseguir a cualquiera, primero a un actor y luego a un rapero. Nunca imaginé que también perseguirías a Orson” Tomeo reprendió a Jimena, con un tono que tenía una mezcla de broma y autoridad entre jefe y empleado.

“Tomeo, ¿no fuiste tú quien dijo que me dañé la cabeza? De lo contrario, no habría sido tan ciega como para perseguirlo.” Jimena no se retractó en lo más mínimo.

Elia observó que Vicente observaba la escena con una sonrisa y supuso que el posible comprador podría ser Vicente, mientras que Orson era el gerente del proyecto y tenía la decisión final sobre si comprar o no el diseño de la joyería.

Si Jimena enfadaba a Orson, otra vez el trato podría fracasar.

Elia le dio un suave codazo a Jimena, recordándole que dejara de hablar.

Pero cuando Jimena estaba emocionalmente alterada, no podía cambiar de tema, y al darse cuenta de que alguien le empujaba el brazo, lo esquivó y continuó atacando a Orson: ¿No tenías el respaldo de la Familia Guzmán? ¿No ocupaba’s cómodamente el puesto de vicepresidente? ¿Qué pasó, no soportaste que Priscila Guzmán te regañara y renunciaste directamente al puesto de yerno para trabajar como empleado en Grupo Fuentes?”

Jimena se enfurecía solo de pensar en la imagen de Orson y Priscila juntos en la cama, sin ropa, que había presenciado hacía tres años.

Incluso había escuchado sin querer a Priscila armando un escándalo en la oficina de Orson, forzándolo

Capítulo 1510

frente a muchos accionistas a casarse con ella, amenazando con hacerlo caer del cielo al infierno si no

lo hacía.

¿Esa presión había hecho que Orson cayera al infierno?

Con esas palabras de Jimena, la sonrisa en el rostro de Orson desapareció al instante, incluso sus pícaros ojos se tornaron serios y su presencia se intensificó.

Elia, de manera urgente, tiró de la manga de Jimena, susurrando para advertirle: “Jimena, deja de hablar…”

Después de disparar sus palabras, Jimena vio el cambio en la expresión de Orson y la advertencia de Elia, y de repente se dio cuenta de que quizás había hablado demasiado.

Hablar de los defectos de Orson frente a los demás era simplemente una fata de respeto.

Se sintió algo culpable y desvió la mirada hacia el suelo diciendo: “Solo hacía conjeturas, no lo tomes en serio.”

Tomeo estaba asustado y sudando frío; deseaba poder tapar la boca de Jimena con una toalla.

Orson, a pesar de ser el director de Grupo Fuentes, también es el segundo hijo del Grupo Salcedo, una figura con la que nadie se atrevería a meterse.

Jimena, con su personalidad impulsiva y arrolladora, siempre causaba problemas.

Vicente también notó que algo en el ambiente no estaba bien y trató de aliviar la tensión: “Ya han traído los caballos, vamos a elegir uno y disfrutar. Hoy es un buen día para montar..”

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset