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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1496

Capítulo 1496

Asier le echó un vistazo al caldo de pescado que había sobre la mesa, y luego sus ojos se posaron en los documentos que tenía delate. Con tranquilidad dijo: “No tengo hambre, pásame los papeles para echarles un vistazo.”

“¿Estos son?“, preguntó Cecilia, tomando los documentos que estaban frente a Morfis.

Asier extendió la mano y ella se los entregó.

Asier los hojeó, desde la primera hasta la última página. Era un proyecto de diseño de joyas que incluía no solo la filosofia de diseño, sino también los dibujos.

Aunque solo era una parte de los diseños, era suficiente para apreciar la habilidad del diseñador.

Asier levantó la mirada hacia Morfis y preguntó: “¿Esto lo diseñó Elia?”

Morfis se encogió de hombros: “Por supuesto.”

Al oír eso, los ojos de Asier se oscurecieron. Tres años sin verse, ella había pasado de ser una secretaria a convertirse en diseñadora de joyas.

¿Había cortado todo contacto con Villa Serenidad, y con él, solo para luchar por su carrera? ¿Acaso su manera de luchar por su carrera implicaba estar con Ramiro?g2

Al pensar en eso, una pulsación comenzó a latir en las sienes de Asier, y un dolor latente comenzó a agitarse en su corazón.

Hace tres años, la relación entre ella y Ramiro ya era turbia. ¿Había estado con Ramiro todo este tiempo?

“Asier, ¿qué te parece el diseño?“, le preguntó Cecilia al ver la tensión en su cara y al percibir la atmósfera a su alrededor.

Asier cerró el expediente y dijo: “Tú eres la diseñadora, juzga por ti misma.”

Puso los documentos sobre la mesa y se movió para salir, empujando su silla de ruedas.

Cecilia, nerviosa, buscó ayuda con la mirada hacia Morfis, quien intervino: “Sr. Griera, no se apure, deje que Cecilia lo lleve de vuelta. Hay escalones en la entrada del comedor, tenga cuidado de no tropezar.”

Después de hablar, Morfis le hizo una seña a Cecilia con los ojos.

Cecilia, entendiendo, se apresuró a alcanzarlo y agarró el respaldo de la silla de ruedas: “Asier, ha sido mi error, no me di cuenta de que estabas cansado. Ahora mismo te llevo de vuelta.”

Ella se disculpó a tiempo.

Asier no dijo nada, pero dejó de empujar la silla y permitió que Cecilia lo hiciera.

Asier había despertado hace un mes y aunque el resto de su cuerpo había recuperado la función motora, sus piernas aún no respondían y tenía que usar una silla de ruedas.

En la revisión que le hicieron en el hospital, todos los indicadores estaban normales. Sin embargo, el médico dijo que los nervios motores de sus extremidades inferiores aún no se habían recuperado y que necesitaría tiempo y rehabilitación para mejorar más rápido.

Asier raramente salía. Ese día, Cecilia lo había llevado a pasear y a mitad del camino, Morfis le mandó un mensaje pidiéndole que mirara unos diseños y le diera su opinión.

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Capitulo 1496

Así que Cecilia llevó a Asier con ella, sin esperar encontrarse con Elia. ¡Y los diseños eran de Elia!

En el auto, con el chofer delante manejando y Cecilia y Asier sentados atrás, ella notó la cara sombría de Asier, que no había dicho una palabra en todo el viaje. Sintiéndose culpable, dijo: “Asier, lo siento, no sabía que Elia estaría en la cort da. Si lo hubiera sabido, no habríamos venido y no te habría molestado.”

Asier, con la mandíbula tensa y su voz grave, respondió: “¡Ella no tiene la capacidad de molestarme!”

Cecilia lo miró asombrada. Su perfil era nítido y su belleza varonil era impresionante y cautivadora.

Su actitud fría y sus palabras sorprendían a Cecilia, haciéndole latir el corazón con esperanza.

¿El plan de Benjamín estaba funcionando? Asier sentía rechazo hacia Elia.

Si él abría su corazón, ella tendría la oportunidad de entrar en el corazón de él.

Capítulo 1497

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