Capítulo 1485
Elia se dio la vuelta y vio a Daniel acercarse con una camisa azul, pantalones grises y cargando una gallina
en sus brazos.
Ella lo vio como si fuera un ángel salvador y le dijo: “¿Daniel, fuiste a hacer la compra?”
¿Daniel?
Ese nombre cayó como un martillo en el corazón de Orson, que se hundió al instante. Se detuvo en seco y, al darse la vuelta, su rostro usualmente descarado se ensombreció.
Y sí, ahí estaba Daniel, acercándose con un ser vivo en sus manos, jera una gallina!
Orson vio el pico de esa gallina que cacareaba y sintió un escalofrio, su piel se erizó de terror.
Estaba tan asustado que se quedó inmóvil, todo su cuerpo hormigueando.
Desde niño, Orson había temido a los animales con picos afilados, jespecialmente a las gallinas!
Y casualmente, Daniel traía precisamente una gallina consigo. Orson sintió como si algo lo paralizara, sintió como si su sangre se congelaba por la ansiedad y el pánico.g2
“Sí, compré una gallina para hacer un caldo y que Jimena recupere fuerzas,” dijo Daniel llegando junto a Elia y sonriendo con educación en respuesta a su pregunta.
Después, miró hacia Orson, que estaba un poco más lejos y dijo: “Sr. Salcedo usted también está aquí. No pudo subir la última vez que hicimos una parrillada, así que quédese esta vez para tomar el caldo de pollo.”
Dicho eso, levantó a la gallina un poco más para que Orson pudiera verlo bien. Era una gallina de las buenas, ideal para un caldo sabroso.
Para mostrar su sinceridad, se acercó aún más a Orson.
Levantó a la gallina que tenía las patas atadas y el animal luchó un poco, cacareando mientras batia sus alas, haciendo que algunas plumas se desprendieran y flotaran en el aire antes de caer al suelo.
Cuando Orson vio el pico de la gallina cacareando, algo dentro de él se estremeció y, por pura reacción instintiva, se escondió detrás de Elia, diciendo con pánico a Daniel: “¡No te acerques, quita eso, quitalo!”
Elia se giró y vio a Orson escondido detrás de ella, se puso pálido y lleno de pánico.
Estaba confundida. ¿Qué le pasaba a Orson?
Antes de que pudiera entenderlo, Orson sacó un regalo de su bolsillo, se lo entregó a Elia y, con yoz apresurada y temblorosa, dijo: “Entrégaselo a Jimena, ¡yo me voy!”
Dicho eso, subió a su carro como si huyera, pisó el acelerador y se fue, dejando atrás una nube de humo.
Elia estaba desconcertada: “¿Qué pasó?”
El refinado y elegante Orson, siempre tan arrogante y seductor, jese dia habia salido comiendo sumido en un pánico absoluto!
Era una escena tan cómica que hizo reír a Elia, ella nunca habia visto a Orson de esa manera.
Daniel ajustó sus lentes y dijo: “Parece que el Sr. Salcedo les tiene miedo a las gallinas.”
Elia estaba asombrada.
Era la primera vez que oía de un hombre que le temiera a una simple gallina.
“Jajajaja!” Jimena se carcajeaba al escuchar la historia de lo ocurrido con Orson en la planta baja, se rio
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Capitulo 1485
tanto que se casi se dobla de la risa, llenando la casa con su contagiosa alegría.
“¿Orson les tiene miedo a las gallinas? ¡Qué risa!” Jimena se secó las lágrimas, incapaz de parar: “Siempre lo vi como un seductor con las mujeres, pero no sabía que tenía esa debilidad. Si alguna vez quiero vengarme, solo tengo que ir al mercado, comprar una gallina viva y lo encierro junto con Orson en una habitación. ¡Eso sí sería un espectáculo!”
“Con cuidado, no te vayas a lesionar de tanto reír,” le advirtió Elia, preocupada por las carcajadas de su amiga.
“No te preocupes, sé controlarme,” dijo Jimena, secándose la boca y las lágrimas con una servilleta.
“Mami, ¿quién es Orson? ¿Tienes problemas con él?” Adora se acercó a Jimena con sus piernecitas y preguntó con sus ojos grandes e inocentes llenos de curiosidad.
Capitulo 1486
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