Capítulo 1458
Adora alzó su cabecita y sus grandes ojos inocentes se posaron en Orson. En el instante en que vio su rostro, un brillo de admiración iluminó sus ojitos y con una voz dulce y curiosa dijo: “Señor, tú eres muy guapo. A mi mamita le gustan las personas guapas.”
Orson, que había estado preocupado por si había lastimado a la pequeña al chocar, se encontró con esa carita redonda y mullida, que le recordaba a un pan dulce recién horneado, tan tierna que daban ganas de pellizcarla y hasta de darle un mordisquito.
La voz de la niña tocó el corazón de Orson y el enojo que Priscila le había causado se disolvió como azúcar en agua, dejándolo todo tierno.
Esos ojos grandes de la niña tenían algo en común con los suyos, una semejanza que hacía vibrar algo dentro de él.
Tomando la mano de la pequeña, Orson se agachó para quedar a su altura y suavizó su voz al preguntar: “Amiguita, gracias por decir que soy guapo. ¿Cómo se llama tu mamita que prefiere a los hombres guapos y no a tu papito?”
Orson preguntó, lleno de curiosidad.
Pensaba que, para tener una hija tan bonita, los genes de los padres debían ser algo especial. Con una familia tan feliz, le sorprendía que la mamá no amara al padre de sus hijos y en cambio se fijara en otros hombres guapos.
“Mi mamita se llama…”
Adora, con sus grandes ojos inocentes, estaba a punto de decir que su mamita se llamaba Jimena.g2
Elia siempre le decía así a su mamá.
Pero justo en ese momento, Lola se acercó, tomó a la niña en brazos y con una expresión llena de disculpas se dirigió a Orson.
“Señor, disculpe, mi pequeña chocó con usted. Le pido perdón en su nombre, los niños a veces son muy traviesos.”
Al oír la voz, Orson levantó la vista y vio a una mujer de mediana edad que sostenía en sus brazos a la niña que había chocado con él, mientras seguía disculpándose.
Al parecer, la niña pertenecía a su familia.
Era la hija de una persona completamente desconocida para él.
Por alguna razón, Orson sintió una punzada de tristeza. Se puso de pie y le dijo a Lola: “No se preocupe, los niños son pequeños y hay que cuidarlos bien. Si se escapa sola al ascensor y baja, podria ser peligroso.”
“Sí, sí, claro, gracias por el consejo, señor. Seré más cuidadosa con los niños de ahora en adelante.” respondió Lola, asintiendo apresuradamente y tomando la lección en serio.
Orson miró de nuevo a la niña en brazos de Lola, era una preciosura, con su carita regordeta y esos ojos grandes y tiernos. Quizás era por esa similitud en sus ojos que Orson sentía un vinculo especial con ella.
Pero por más que sintiera esa conexión, al final era la hija de otra persona.
Orson se recobró y justo cuando iba a marcharse, su mirada se cruzó con la de un niño que estaba junto a Lola, era de la misma edad que la niña y también muy guapo. Había algo en la expresión de ese niño que le recordaba a sí mismo.
Algo en el interior de Orson se removió y, con seriedad, preguntó a Lola: “¿Ambos niños son tuyos?”
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Capitulo 1458
Lola rápidamente tomó la mano del pequeño Fred, y le dijo a Orson con sencillez: “Sí, son gemelos, ambos son de nuestra familia. Sus padres son bastante atractivos, por eso ellos también son tan adorables.”
Elia salió de la habitación con la intención de ir por agua y al llegar al vestíbulo del ascensor, se encontró con Lola y los niños hablando con un hombre.
¡Ese hombre era Orson!
¡Madre mía, Lola había encontrado a Orson con los niños!
Fred y Adora eran los hijos biológicos de Orson.
Si Orson llegaba a reconocer a los niños…
Capitulo 1459
Capítulo 1459