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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1424

Capítulo 1424

Jimena estaba quebrándose la cabeza, tratando de encontrar la respuesta adecuada.

Frente a ella, las miradas ardientes de Orson la observaban seriamente, esperando su contestación.

Esa mirada tan intensa la hacia sentir desprotegida, Jimena se revolvia por dentro, sus ojos giraban buscando una excusa para explicar.

Pero asi era la gente, cuanto más apurada, menos ideas buenas le venian a la mente.

*¿Qué pasa, es muy dificil la pregunta?” Orson al ver que ella no decia nada, levantó una ceja y preguntó.

*Claro que no es dificil es que yo también ayudé a cuidar a los cuatro hijos de Elia, ¿sabes? Muchas veces me tocó estar con la abuela de ellos, y es claro que entiendo cómo piensan los mayores. Si velan a alguien con cara de pocos amigos, temian que fuera un secuestrador; y si se encontraban con alguien de apariencia elegante y acaudalada, les preocupaba ofenderlos y que eso trajera problemas para ellos y los niños. Esas inseguridades de la gente humilde es algo que tú no comprendes.”

Bajo la presión de Orson, Jimena finalmente encontró qué decir.

Le explicó a Orson con urgencia y su voz se agitaba debido al nerviosismo.

La conversación volvía al tema de las diferencias entre ricos y gente común.g2

Lo que se dice sin pensar, a veces llega al fondo del corazón del que escucha.

Orson frunció el ceño y pregunto: “¿Así que te importan tanto las diferencias de clase?”

Cuando ella le pidio dos millones a su madre, ¿fue porque creia que no era digna de ély por eso se llevó el dinero y se fue?

¿Actuo así porque realmente sentia en el fondo que nunca podría casarse con él?

Jimena se sorprendió por un momento, pero luego de entender lo que el queria decir, solto una risa divertida y dijo: “Orson, cuando pasaste la noche conmigo, tomé esos dos millones de tu madre porque sentia que era lo justo. No me preocupan las diferencias de clase, me importa más quién es el verdadero compañero para mi, ¿entiendes?”

“¿Entonces crees que yo no soy el indicado?” Orson aprovechó para preguntarle más detalladamente.

Durante esos tres años, habia estado tan sofocado por el mal genio de Priscila que a menudo recordaba la franqueza y la libertad de Jimena.

Habia salido con tantas mujeres, pero solo extrañaba a Jimena, ni el sabía por qué. Quizás porque Jimena era la única que realmente le había hecho sentir algo.

Jimena quedo atónita, Orson realmente le estaba haciendo esa pregunta.

Él tenía una prometida y le preguntaba a ella, una extraña, algo que no venia al caso.

No había posibilidad alguna entre ella y él

“Yo…”

“Jimena, estos tres años… no he dejado de pensar….”

Orson no alcanzó a terminar su frase cuando fue interrumpido por una voz que llegó de repente.

“¡Jimena, ya volviste!”

Esa voz atrajo la atención de ambos.

Jimena y Orson giraron hacia el origen de la voz.

Era Daniel, alto y de aspecto refinado, con gafas de montura dorada y un aire intelectual cargando dos bolsas plasticas con articulos de supermercado.

Llevaba verduras, productos frescos, papel higiénico, salsa de tomate y carne.

Todo indicaba un estilo de vida hogareño,

LAPOO 1424.

Al ver a Daniel, Jimena se sintió como si hubiera encontrado a su salvador, su tensión se relajo y se apresuro a acercarse a el; “Daniel, ¿fuiste al supermercado?”

No era una pregunta, sino un saludo cotidiano, una comunicación normal.

Como si fuera un lenguaje diario entre marido y mujer, natural y conciso.

Orson observó cómo Jimena se dirigia hacia Daniel, la manera en que hablaban era tan relajada, natural y breve.

Como las conversaciones que él escuchaba entre sus propios padres.

Era evidente la comodidad y naturalidad entre un marido y su mujer.

El corazón de Orson, que justo iba a confesarle su amor a Jimena, se hundió bruscamente.

Capitulo 1425

Capítulo 1425

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