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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1401

Capitulo 1401

Ella tenia todos sus pensamientos puestos en Asier.

Cada mañana, Elia te preparaba un desayuno nutritivo, intentando alimentar a Asier, quien estaba inconsciente y no podia deglutir por si mismo.

Haciendo lo que Asier alguna vez había hecho por ella af darle de comer su sopita, Elia ponía la comida en su propia boca y luego, besando los labios de Asier, transferia el alimento de boca a boca.

Como él no podia tragat, ella empujaba la comida hasta la entrada de su garganta, tomaba un poco de agua y continuaba metiéndole comida en la boca, dejando que el agua arrastrara el alimento a través del esófago hasta su estómago.

La única desventaja de alimentarlo asi era que era muy lento.

Una comida podia tardar más de una hora, pero Elia siempre tenía la paciencia de alimentarlo bocado a bocado.

Asier solo se fortaleceria si comía bien, así no se enfermaria y aumentarían las posibilidades de que despertara pronto. Por las noches, Elia se encargaba de bañarlo.

Desvestia su cuerpo y, al ver las cicatrices profundas y superficiales, se le cortaba la respiración, su corazón se apretaba de dolor.g2

Esas heridas en su cuerpo eran por salvarla a ella.

Conteniendo las lágrimas, ella lo limpiaba con una toalla caliente. Antes, al ver su cuerpo, se sonrojaba y se sentía timida.

Ahora, al ver su cuerpo marcado por cicatrices, lo que sentía era un dolor sin fin.

Ella lo limpiaba con cuidado, evitando las heridas que aún no habían sanado completamente, temiendo lastimarlo.

. Era tan cuidadosa como si estuviera tratando con una obra de arte invaluable.

Mientras lo limpiaba, le hablaba: “Asier, lo siento, nunca más volveré a decir que cortemos lazos y saldemos nuestras deudas. Mientras despiertes, te prometo cualquier cosa. Si me pides ir al registro civil, no diré que no…..”

El tiempo voló y un año pasó en un abrir y cerrar de ojos.

Las cicatrices de Asier habían sanado tanto que casi no se notaban, y él estaba limpio y aseado, pero seguía sin despertar, sin percibir el mundo exterior.

Elia seguía limpiándolo día tras día, hablándole con dulzura: “Asier, lo siento, he sido yo la culpable de dejarte en este sueño profundo. Durante este año te he pedido perdón miles de veces, ¿cuándo podrás perdonarme? Si me perdonas, ¿podrías despertar?”

Los ojos de Asier seguían cerrados, sin respuesta alguna.

Las lágrimas de Elia caían.

El tiempo pasaba rápidamente, año tras año.

Asier aún no despertaba.

Elia, con una sonrisa triste en sus labios, le afeitaba la barba: “El Dr. Morales dijo que podríamos hacerte una pequeña herida para que el dolor estimule tus nervios y quizás así puedas despertar. Pero no quiero lastimarte, Asier, ya has dormido dos años, ¿es que aún no quieres perdonarme?”

La navaja eléctrica zumbaba suavemente mientras deslizaba sobre la barba de Asier.

Ella le hablaba como siempre, pero la única respuesta era el zumbido de la navaja.

En un abrir y cerrar de ojos, pasó otro año. Asier ya llevaba tres años en coma, con todas sus funciones vitales normales, y Elia lo mantenía impecable. Yacía en la cama, aún guapo y noble.

Parecía que no había mucha diferencia con el pasado, pero seguía dormido todo el día, incapaz de despertar.

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Capitulo 1401

El ambiente en Villa Serenidad había estado sumido en esa tranquilidad durante tres años.

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