Capítulo 1384
Al ver a Rayan, Elia sintió como si pudiera recibir noticias de Asier.
En ese instante, la emoción casi le hizo perder el agarre del cuenco que sostenía
“¡Ay, cuidado, se va a derramar el caldo!” Josefina, al ver que el cuenco en las manos de Elia estaba a punto de caerse, le exclamó con sorpresa y urgencia.
Elia volvió en sí rápidamente, sujetando el cuenco que casi se cae y lo puso en la mesita de noche, con pasos apresurados y piernas temblorosas se dirigió hacia Rayan.
Al caminar, sus rodillas flaquearon un momento, casi cayendo al suelo, pero se recuperó con un esfuerzo, tropezando hasta llegar al lado de Rayan. Sus ojos claros destilaban una profunda preocupación mientras le preguntaba: “Señor Rayan, ¿cómo está Asier?”
Rayan respiro profundamente, tratando de calmar su propia respiración agitada por la carrera, y viendo la cara llena de expectativa y tensión de Elia.
Tragó saliva, organizando sus pensamientos, y le dijo a Elia: “La operación, en general, fue un éxito, Asier ya no está en peligro de muerte.”
Esas palabras hicieron que Elia, tensa y nerviosa, soltara un gran suspiro de alivio.
Las lágrimas brotaron en un instante, Asier finalmente estaba fuera de peligro, ¡qué alivio!g2
El corazón, preocupado durante tres dias, finalmente encontró consuelo en ese momento.
“Asier ya no está en peligro de muerte, ¿por qué lloras?” Rayan le preguntó con sorpresa.
Al escuchar esta noticia, debería estar feliz, pero Elia no podia contener sus lágrimas.
Elia se apresuró a secarse las lágrimas con la mano, explicando ansiosamente: “Estoy tan feliz que se me salen las lágrimas. Finalmente está fuera de peligro, es una bendición.”
“No te alegres demasiado pronto,” le dijo de repente Rayan.
Esa frase hizo que Elia, ya relajada, volviera a tensarse rápidamente, preguntándole con alarma y nerviosismo: “¿Qué quieres decir?”
Rayan bajo las pestañas, aunque le era difícil aceptar la realidad, era una cruda verdad que no podia ocultar.
“Asier quedó en estado vegetativo, los médicos dicen que solo hay un cinco por ciento de posibilidades de que despierte.”
Como un trueno, la noticia golpeó a Elia, destrozando sus renovadas esperanzas y dejándolas hechas
añicos.
“¿Qué… qué dijiste?” No podía aceptarlo, quedó paralizada en su lugar.
Su cuerpo, que apenas había recobrado algo de calor, se enfrió rápidamente con la noticia.
Rayan, con voz sombría, le dijo: “Debes prepararte mentalmente, quizás Asier permanezca en estado vegetativo toda su vida.”
¿Toda la vida en estado vegetativo?
Esas palabras eran como un cuchillo afilado que se clavaba en el corazón de Elia, haciéndola retroceder.
Las lágrimas de alegria se convirtieron instantáneamente en un torrente de desesperación.
“¡Ay no, qué vamos a hacer! El padre de los niños ha quedado en estado vegetativo, un hombre tan bueno. ¿cómo terminar asi?” Josefina, desde la cama del hospital, no podia aceptarlo, sintiendo un dolor profundo en el corazón.
Y para Elia, la afectada directa, la noticia era como un rayo cruel.
Elia estaba mordiéndose los labios, sus lágrimas caían como perlas deshilachadas.
Su respiración se aceleró, su corazón se sentía oprimido.
De repente, se giró hacia Rayan y dijo con determinación: “Voy a cuidar de Asier. ¿No dijeron los médicos que hay un cinco por ciento de posibilidades de que despierte? He visto en la televisión que, si cuidas con esmero y hablas constantemente con una persona en estado vegetativo, puedes aumentar la probabilidad de que despierte.”
Asier había resultado herido asi por salvarla a ella, asi que no podía quedarse de brazos cruzados.
Incluso si Benjamin no lo permitiera, ella encontraría una manera de cuidar de Asier.
“Es buena tu intención, pero ¿tienes alguna forma de acercarte a Asier?” Rayan le planteó una pregunta
clave.
Con Benjamin alrededor, Elia probablemente ni siquiera tendría la oportunidad de ver a Asier, y mucho menos cuidarlo de cerca.