Capítulo 1377
Vania luchaba con todas sus fuerzas para convencer a Rayan. Mientras hablaba, su respiración se entrecortaba, y sus ojos brillaban con lágrimas, desesperada por hacer que Rayan le creyera.
Sabía bien quién era Maximiliano Guzmán, era un magnate internacional, su imperio de negocios se extendia por todas partes, tanto dentro como fuera del país.
Era también el mentor de Asier, un anciano que incluso Asier miraba con respeto y admiración.
¿Cómo podia ser Elia, esa chica criada en el campo, la hija de Maximiliano?
¿Cómo podría haber sido despreciada por la familia Griera y luego, de la nada, convertirse en la hija del gigante empresarial Maximiliano?
¿Por qué Elia tenía tanta suerte? ¿No solo era adorada por Asier, sino que también se convertia en la hija de Maximiliano?
Vania estaba inconforme, resentida, celosa, ¡furiosa!
Había sido testigo de toda la visita de Benjamin al hospital.
Vio cómo Benjamín despreciaba a Elia, e incluso le había dado una orden mortal: que nunca más se presentara frente a Asier y que no merecía ser la madre de sus hijos.g2
Con una determinación feroz, Benjamin habia arrebatado a los cuatro niños de Elia.
Al ver aquella escena, Vania sentía un alivio inmenso.
Elia, que siempre la había superado, finalmente había sido abandonada por la familia Griera.
La villa que Asier había construido para ella se habia derrumbado, reducida a polvo.
Y Asier, entre la vida y la muerte, tampoco podía cuidar de ella.
Benjamín le había arrebatado los niños a Elia y le habia dicho esas palabras crueles.
Vania estaba secretamente complacida. Elia finalmente estaba pagando por sus acciones.
Sergio la amaba tanto y ella lo había rechazado, llevando a Sergio a un final trágico.
¿Por qué ella, que había rechazado a Sergio, seguía viviendo bien y prosperando?
Vania sentia un profundo desequilibrio en su interior, por eso, cuando Liuva la contacto para pedirle la dirección de la casa de Elia, no dudó en decirsela.
Era solo para hacer que Elia sufriera.
Había llevado gente al hospital para donar sangre a Asier, no por Elia, sino porque no quería dejar que un hombre tan excepcional como Asier muriera.
Eso no significaba que quisiera que Elia lo pasara bien.
Claramente había visto a Elia caer en desgracia, había visto cómo lo perdía todo.
Entonces, ¿por qué Rayan venia a decirle que Elia era la hija de Maximiliano?
¡Y que Maximiliano habia estado buscándola todo este tiempo, sin rendirse nunca!
Ese era Maximiliano Guzmán, el magnate cuyos negocios se extendían nacional e internacionalmente.
Si Elia era su hija, tendría riquezas y honores inagotables.
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Una vida sin preocupaciones por la comida o el vestido, con alguien siempre respaldándola, convirtiéndose en su más firme apoyo.
Vania no podía aceptarlo, no quería que Elia pasara de ser un pato de campo a un cisne resplandeciente.
Había robado la perla de Elia, jafirmando que era suya
Quería ser la hija de Maximiliano, ¡quería toda esa riqueza y esplendor!
“Vania, entrégame la perla”, le dijo Rayan con el rostro endurecido, exigiéndole de manera inapelable.
