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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1370

Capítulo 1370

La puerta de la sala de emergencias se cerró nuevamente.

Elia caminaba de un lado a otro fuera de la sala, impaciente y preocupada, mientras las enfermeras ya se habian ausentado para atender sus propias tareas.

Vania estaba a un lado, mirando de vez en cuando el letrero que decía “Emergencias”, y luego a Elia, quien aún temblaba de ansiedad, incapaz de detener sus pasos nerviosos.

Minutos después, Vania no pudo soportarlo más y le dijo con impaciencia: “¿Podrías dejar de caminar, por favor? ¿Qué tal si te sientas un rato?”

La mirada de Elia, llena de lágrimas ansiosas y tristes se encontró con la de Vania, y su voz estaba ronca por la angustia.

“Siéntate tú. Yo no quiero sentarme…”¿Cómo podría quedarse tranquila con esta situación?

“De nada sirve que te desesperes, al final tenemos que esperar a que salga el médico con los resultados. En lugar de estar tan inquieta, sería mejor esperar con calma”, Vania le lanzó una mirada a Elia y se sentó de golpe en la silla de espera.

Elia, con voz rasposa, le replicó: “Como no son tus seres más queridos, claro que puedes esperar con calma…

En la sala de emergencias estaban sus cuatro hijos y el padre de los niños.g2

Cualquier problema con cualquiera de ellos le partiria el alma a Elia.

Era precisamente porque eran sus seres más queridos que no podía dejar de preocuparse ni un solo. segundo.

Ese sentimiento era algo que una persona ajena no podria entender.

Vania se sorprendió y soltó un bufido desde el fondo de su pecho: “¿Asier es tu pariente desde cuando? ¿Él está casado contigo? ¿Eres su esposa? ¡Vaya que te gusta creerte cosas!”

Las palabras de Vania hundieron el corazón de Elia, quien la miró de reojo y no le dijo nada más.

Con cada minuto que pasaba, la puerta de la sala de emergencias seguía cerrada, y la ansiedad de Elia se intensificaba aún más.

Justo cuando Elia estaba al borde de la desesperación, se oyó un alboroto en el corredor de emergencias.

Una presencia severa y aguda llenó el ambiente.

Elia, por instinto, se giró y vio a un anciano de cabellos canosos y estatura imponente, que a pesar de

los años mantenía una dignidad inquebrantable, caminando hacia ellos acompañado por un grupo de hombres en trajes negros.

El anciano tenía una mirada penetrante y un aire de autoridad.

¡Era Benjamin Griera!

Tras él venian Bruno, Rayan y seis guardaespaldas que se dirigían rápidamente hacia la sala de emergencias.

Ante esta escena, el ya agitado corazón de Elia se estremeció aún más.

Benjamin, con su mirada aguda, se detuvo frente a Ella y le preguntó “¿Cómo está Acies?”

Sus ojos, nublados por la edad, reflejaban una preocupación y neritosisma profundos

La intimidante presencia de Benjamin hiro que la vozite Elia temblara Età adente en

emergencias.”

Te estoy preguntando como está! No me cuentes lo que ya se insistió Benjamin con un tangi fluctuante y enojado

Desde siempre. Benjamin nunca habia tenido una buena impresion de Ella

La consideraba una mujer de intenciones dudosas y encantos seductores, que no solo habla hechizado a Sergio hasta perder la cabeza, sino que también lo había llevado a descuidar su propia vida

„Sergio ya había perdido la vida por culpa de esa mujer y en la familia Griera solo les quedaba Asiert

Y ahora, esa mujer estaba a punto de llevarse a Asier tambien

Benjamin estaba furioso y al mismo tiempo estaba extremadamente preocupado por Asier

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