Capítulo 1327
La llamada sonó, y del otro lado una voz de mujer, aguda y llena de veneno, escupió: “Rosalinda, qué descarada eres, ya era suficiente con que te acostaras con Gabriel antes, ¡pero a tu edad todavía en la cama con él! ¿No sabes que tiene SIDA? ¡Si estuviste con él este año, seguro te has contagiado! ¡A eso se le llama karma!”
La que hablaba era Adela.
Ella sabia que Gabriel había sido detenido, y que Liuva poseía una carpeta que contenía los datos de todas las mujeres con las que había estado, incluyendo fechas y detalles de sus encuentros intimos.
Jamás se habría imaginado que, hace dos meses, Rosalinda se había acostado con Gabriel.
Gabriel había contraido el SIDA hace tres años, y aunque Adela lo amaba, no había tenido relaciones con él desde entonces.
Las palabras de Adela cayeron como un rayo en la mente de Rosalinda.
Con un estruendo, sacudieron su ser, dejándola temblando y helada.
Toda su vitalidad se pulverizó.
Gabriel tenia SIDA, y habia abusado de ella sin tomar precauciones…g2
Entonces, era seguro que ella también estaba infectada.
Eso era una enfermedad contagiosa, que podia transmitirse a otros.
Todos los días estaba con sus adorados nietos, comiendo juntos, jugando…
¿Qué pasaría si los contagiaba? Ellos no tenían la culpa, ella era la pecadora, la sucia, y si tenía que morir, deberia alejarse lo más posible de ellos.
Rosalinda se sintió desolada.
En su mirada vacía, vio un camión de carga a toda velocidad.
Apretó los dientes con furia y, de alguna manera, sus piernas encontraron la fuerza para correr hacia el camión, interponiéndose en su camino con su cuerpo
“Sssshh…!” El camionero, completamente concentrado en la carretera, se sobresaltó al ver a al lanzarse frente a él de repente y pisó el freno con urgencia. Pero el camión era demasiado pes veloz, y no pudo detenerse a tiempo.
El camión lanzó a Rosalinda por los aires.
Voló varios metros antes de caer al suelo como un trapo desechado, escupiendo sangre, con la fren hundida y sangrando profusamente.
Antes de poder cerrar los ojos, dejó de respirar.
“Ay, Dios mio! ¡Rosalinda ha sido atropellada!” gritaban los ancianos de la sala de juegos que habian salido a curiosear, horrorizados por la escena.
Los de corazón más débil corrieron a esconderse, mientras que los más audaces seguian mirando, conmocionados, pero nadie se apresuró a llamar a emergencias.
El camionero, después de un esfuerzo sobrehumano para detener el vehículo, quedó sin aliento, estremecido por el miedo.
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Capitulo 1327
Nunca antes había tenido un accidente en todo el tiempo que llevaba al volante.
Y ahora, su primera vez, había resultado en una tragedia mortal
Sentía sus piernas temblar, y tardó unos segundos antes de abrir la puerta y bajar a inspeccionar a Rosalinda. Viendo el estado de ella, no se atrevió a tocarla. Con las manos temblando, sacó su celular y llamó a la policia y a la ambulancia, solicitando que vinieran a atender el lugar del accidente.
Una viejecita de la sala de juegos, aunque le gustaba chismear, no era mala persona. Al ver la gravedad de la situación de Rosalinda y que no habia ningún familiar a su lado, sacó su móvil y llamó a Elia, Rosalinda era una clienta habitual de la sala de juegos y Elia a veces la visitaba, por lo que la anciana tenía su número de teléfono..
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