Capítulo 1316
Elia miraba cómo sus lágrimas temblorosas caían sobre el papel, mojándolo..
Su corazón se apretaba, su furia la hacia respirar con dificultad, su cuerpo parecia flotar mientras retrocedía de forma tambaleante..
“Elia, ¿estás bien?” Vicente, al ver a Elia colapsar de tristeza, se acercó de inmediato, agarrando sus hombros con preocupación y preguntandole con preocupación.
Liuva acababa de ser asustada por la mirada asesina de Asier, y al ver que se habia ido, volvió en sí y se acercó a Elia con paso firme, diciéndole con arrogancia: “Todo es por tu culpa, incluso Asier me odia
ahora.”
Esas palabras, como un cuchillo afilado, se clavaron en el corazón de Elia, llenándola de un dolor y una furia desgarradora.
Ella levantó sus ojos llorosos y temblorosos, fulminando con la mirada a Liuva, y le gritó furiosa: “¿Sabes quién es la mujer de la primera página? ¡Es la madre de Asier, Faustina!”
“¡Qué!” Al escuchar eso, Liuva se quedó petrificada, con la sangre helándosele en las venas y un frio glacial subiendo desde sus pies hasta su cabeza.
¡Su padre habia tenido algo con la madre de Asier!
Tras el shock, Liuva se dio cuenta de la estupidez que había cometido.g2
No solo había hecho que Asier odiara a Elia profundamente, sino que también había arruinado todas. sus propias oportunidades.
Liuva había visto los documentos en la carpeta y conocía su contenido.
Faustina habia muerto intentando escaparse con Gabriel.
Liuva respiró hondo, sobresaltada por el shock en el que estaba, comprendiendo por qué Asier le habia- dicho que nadie de la familia de Gabriel se salvaria.
En sus ojos, ella también era hija de Gabriel.
Liuva sintió debilidad en sus piernas, como si viera su propia muerte acercarse.
Vicente, que hasta ese momento no sabía lo que habia ocurrido, al escuchar el nombre de Faustina, empezó a entender la razón del conflicto.
Asier había perdido a sus padres siendo un niño.
El archivo documentaba desde el romance de Faustina con aquel hombre hasta su muerte, no era de
extrañar la ira de Asier.
“Elia, te llevo a casa,” le dijo Vicente, agarrándole el hombro de Elia. Podía sentir cómo su cuerpo temblaba por la ira y el dolor.
Como jefe de Elia, le dolía verla así.
Elia cerró profundamente los ojos, respirando hondo para liberar el pesado y furioso aliento de su interior, y luego, más calmada, le entregó la carpeta a Vicente: “Por favor, Sr. Fuentes, ¡quémela!”
La existencia de esos documentos era un golpe y un estímulo más dolorosos para aquellas mujeres afectadas.
1/2
Capitulo 1316
¡Gabriel era un monstruo, debía ser castigado sin piedad!
“Está bien, ahora mismo la quemo Vicente tomó la carpeta de manos de Elia y, sacando un encendedor de su bolsillo, le prendió fuego al instante, quemando la carpeta junto con todo su
contenido.
Ni siquiera miro los documentos por respeto a Elia y a Asier.
Ese expediente humillante y desgarrador, junto con todo lo que contenia, pronto se convirtió en cenizas.
Elia bajo la mirada hacia los restos aun humeantes en el suelo, sintiendo una opresión en el pecho que casi le impedia respirar.
Las palabras del expediente podian ser quemadas y reducidas a cenizas, pero los hechos que registraban eran reales y habian sucedido, ¿cómo podrian borrarse?
Vicente condujo a Elia de regreso a Puerto de Estrellas. Al entrar a la casa, vio a Rosalinda limpiando el suelo
Su cara de estar ocupada era exactamente como la del pasado.
Al ver a su madre, los ojos de Elia se llenaron de lágrimas, y se acerco para abrazarla.
Rosalinda se detuvo, sintiendo a Elia abrazandola como una niña, dejo de limpiar y, tomando suavemente la mano de Elia, le dijo con profundo cariño: “¿Te han hecho sentir mal afuera?”
Elia contuvo las lágrimas y negó con la cabeza: “No. Solo pensé que es tan bueno tener una madre.”
“Niña tonta, ¿acaso no he estado siempre contigo?” Rosalinda, al escucharla hablar como una niña pequeña, le respondió con una sonrisa.
2/2