Capítulo131
Por algunas razones personales, tuve queabandonarmis estudios, explicó Elia
Asier funció el ceño
Razones personales? ¿Se referiria a su registro criminal por robo?
Asier no dijo nada más, su rostro era frio
Elia sintió la tensión en su entorno, estaba nerviosa, se forzó a esbozar una sonrisa, tratando de mantener la cortesia: “Sr. Griera, ¿qué tal si subimos a sentarnos un rato
Asier la miró de reojo, no respondió y simplemente se fue en su auto.
Elia observó cómo su auto se alejaba, se dio cuenta de que aun llevaba puesta su chaqueta, corrió tras él un par de pasos: “Sr. Griera, tu chaqueta!” Pero el auto de Asier continuó alejándose rápidamente
Elia tuvoqueregresar a casa.
Estaba a punto de tocar la puerta cuando se abrió desde adentro, Rosalinda la vio y la reprendió inmediatamente “Finalmente decides volver, miraquéhora es, me has hecho esperar
Rosalinda no terminó su frase cuando notó que Elia llevaba puesto un traje de hombre y que tenía los ojos rojos, como si hubiera estado llorando
Rosalinda se detuvo de inmediato, con asombro y preocupación preguntó: “Elia, ¿qué te pasó? Entra rápido…”
Rosalinda la hizo entrar mientras la miraba con preocupación.
Elia entró y los cuatro niños estaban jugando con sus juguetes con Josefina Valdez
Al oir su regreso, los ojos inocentes de los niños se dirigieron hacia ella.
“Mama!”
“Mama”
“Mamma!”
“Mama!”
Los pequeños dejaron sus juguetes, corrieron hacia ella con unos ojos brillantes llenos de amor, sus pequeñas piernas corrían tambaleándose, eran como pequeños pinguinos, tan adorables que derretían el corazón.
El miedo original de Elia, la sensación de injusticia, el temor, el corazón herido, todo fue curado al escuchar a los niños llamarla mamá y correr hacia ella con alegria.
Se agachó y abrazó a los niños que corrian hacia ella, besandolos en sus suaves y tiernas caritas.
¿Mis pequeños, me extrañaron?” Elia preguntó con los ojos llenos de lágrimas, su voz aún era aspera por haber llorado.
“Si, extrañé a mama, Iria fue la primera en asentir.
Elia había regresado a casa en la madrugada el día anterior, para entonces los niños ya estaban dormidos, y ella se habia ido temprano la mañana
siguiente.
Iria no había visto a su mamá desde la mañana anterior.
Ella extrañaba tanto a su mamá que no podia disfrutar de la comida.
“Mamá, dame un beso, Iria queria aliviar su añoranza con un beso
Ella sostuvo la cara de Elia con sus pequeñas manos, se puso de puntillas y acercó sus labios a la cara de Elia.
Elia sonrió tiernamente, se agachó y le ofreció su cara
“Mua,” Iria le dio un gran beso en lacara.
“Mamá,yotambién quiero un beso, Joel también se acercó
Ines y Abel también querían un beso
Elia se acercó a cada uno de ellos y les dio un beso.
La suave y dulcefraganciadela leche llenó a Elia, dándole fuerzas a su cuerpo y mente agotada.
Todoel malestar de Eliasedesvaneció, su sonrisa era dulceyencantadora
“Ay,misqueridos pequeñines,sus besostienenpoderessúper especiales, hacen que mamá se sienta llenadeenergía.Jueguenun ratoconJosefina, mamaseva aduchary luegojugarconustedes.”
Ella lleradeenergía se dirigió al baño.
Rosalinda lamirócon preocupación ypreguntó:“Elis,¿quépasó? ¿El Sr. Griere pstu novio?”
Rosalinda hizounapausadespuésdepreguntar,algonoestababien, la chaquetanegraqueEliallevabapuestalepareciafamiliar.