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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1302

Capitulo 1302

manera subconsciente, le preguntó al médico.

“Depende de cómo sane la herida y de tu propia constitución. Algunas personas tienden a cicatrizar más sque otras. Aun así, es probable que quede alguna marca pequeña,” le respondió el médico.

Elia estaba sentadă afuera de la sala de tratamiento y podía oir claramente la conversación.

Vicente le preguntó al médico si quedarian cicatrices, lo que significaba que, en el fondo, si le importaba.

El corazón de Elia se llenó de un pesado sentimiento de culpa.

Había arrastrado a alguien más a sus problemas.

“Oye, vámonos, ¿en qué piensas?” Vicente agitó la mano frente a los ojos a Elia un par de veces.

Desde pequeño, Asier había sido criado por Benjamin, quien le había enseñado todo lo que sabía.

Incluso, Asier había superado al maestro, con una resolución aún más firme.

Cuando el padre de Asier murió, Benjamin, destrozado, no permitiria que Asier corriera más riesgos.

Benjamin podría ceder en otros aspectos, pero nunca cuando se tratara de la vida de Asier.

Por eso, Vicente estaba preocupado por la situación de Elia; los rumores de Liuva podrian ser devastadores para ella.

Elia contuvo las lágrimas y, con un suspiro pesado, miró a Vicente y le pregunto: “¿Por qué me ayudas? No soy más que una empleada para ti.”

Vicente enfrentó su pregunta con seriedad: “Te ayudo porque siento que te he fallado.”

“¿Qué?” Elia pensó que había escuchado el mayor chiste del mundo.

¿Vicente sintiéndose culpable hacia ella?

¿Qué razón podria tener para eso?

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