Capítulo128
A Elia la llevaronalafuerzaaun cuarto de almacenamiento en el estacionamiento subterráneo.
Ecuarto estaba oscuro como la boca del lobo.
De repente, Javier encendió la luz.
Laluz iluminó el cuarto lleno de todo tipo de objetos. En medio del cuarto, habia un lecho improvisado hecho de papel amarillo de envolver, justo lo suficiente para que una persona se acostara.
Y alrededor, había montañas de cajas de cartón y bolsas desechadas.
Al ver todo esto, Elia supo que Javier había planeado todo desde principio.
Su corazón latia a mil, lleno de miedo, luchaba constantemente, intentando escapar.
Pero Javier era extremadamente fuerte, con una mano le ató las manos detrás de la espalda y con la otra le agarró el cuello, usando demasiada fuerza. El cuello era el lugar más vulnerable de una persona, si te lo agarraban, perdias todas tus fuerzas
Ella se sentia como un gatito al que le habían agarrado el cuello. No podia moverse.
Javier la arrastró adentro, cogió una cuerda que ya habia preparado y juntó sus manos atándolos detrás de ella.
Con un empujón, la tiró al lecho de papel amarillo.
“Uh…” Elia se quejó del dolor.
Le taparon la boca con un pañuelo, no podia decir nada.
Soportando el dolor, se sentó rápidamente, intentando levantarse y huir
Pero Javier la empujó de nuevo, tumbándola sobre el papel amarillo. Se secó la boca con la mano, con una expresión obscena en su rostro, se acercó a ella paso a paso, “Deja de luchar, Rosalinda, hiciste que mi mujer me dejara, ahora que no tengo esposa, tú tienes que tomar su lugar!” Javier pensaba que Elia se llamaba Rosalinda.
Desde que su esposa fue a Grupo Griera a buscar a Rosalinda, y luego fueron juntas a la estación de policía, su esposa habia estado decidida a divorciarse de él después de volver a casa.
No importaba cómo intentaba persuadirla, fue inútil.
Sospechaba que Rosalinda le había dicho algo a su esposa.
En el pasado, aunque su esposa había descubierto varias veces que él acosaba a otras mujeres, siempre que actuaba estar herido e inocente, su esposa le creía, y su amor era incluso más profundo que antes.
Pero esta vez, cuando intentó persuadir a su esposa con los mismos métodos, ella inicialmente lehabiacreido y fue a confrontar a Rosalinda. Pero después de volver de la estación de policia, su esposa estaba decidida a divorciarse de él.
No pudo nada hacer frente a esto, y tuvo que divorciarse de su esposa.
Se considerabaasí mismo poco atractivo,ypensaba que no podria encontrar una nueva pareja después del divorcio.
Así que Javier sellenóde resentimientoydecidió tomar venganza en Rosalinda.
No había podido hacerloantes,peroestavez, sin importar qué, ibaahacerla suya.
Después de decir eso,susojosse llenarondelujuria. Cuando la apagó la luz casualmente, la habitación fue envuelta por la oscuridad, y él se volvió aún más audaz
Enunentornofamiliar, selanzósobre Elia.
“¡Ah!” Eliadejóescapar un grito de terrordesdesugarganta, pero debido a que su boca estaba tapada,elgritoeradébil y no se podia escuchardesdefuera.
En laoscuridad,Javier le arrancó laropa.
Eliaestaba tanasustadaquepateabaygolpeabacon sus pies, y su cabeza luchaba constantemente, intentando empujar a Javier.
Peròsusmanosestabanatadas detrásdeella,nopodíausarsufuerza
No importaba cuánasustada,desesperada e indefensa estaba, nicuántoluchaba, no podialiberarsedelcontroldeJavier.
Javier le arrancó la blusa, causandoqueEllasintierafrioentodosucuerpo.
Luchó con miedo, intentando escapar.
Perola rodilladeJavier,presionabaconfuerzasobresuspiernasquepateabanentodasdirecciones,nopodialiberarne,laslágrimasfluyeronImpotentesporsusmejillas.
Derepente,Javierarrancóla tela queestabaensuboca.
“Socorro…UhlEliaaprovechólaoportunidad paragritarpidiendo ex pero él volvió.
Javierse rio maliciosamente:“Dejade luchar, sólo acéptalo! Así sufrirás