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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1265

Capítulo 1265

En su corazón, ella era simplemente una existencia tan despreciable.

Al pensar en esto, Elia apartó la mano de Asier que la rodeaba por el vientre, se alejó un poco, miró sus

ojos claros y luego hacia otro lado, diciendo: “Estaba tan enojada que no vi por dónde iba.”

“¿Enojada? ¿Qué derecho tienes para estarlo?” Asier la miraba fijamente con sus ojos afilados, emanando un aura gélida, escrutadora.

El que debería estar enojado era el.

¡Y sin embargo, ella parecia tener aún más genio que el!

Ese día, cuando Asier no le permitió explicar, convencido de que ella había lanzado deliberadamente el objeto hacia él para matarlo, Elia se sintió muy mal, como si se ahogara.

Simplemente no había encontrado la oportunidad de desahogarse, y ahora frente a la pregunta de Asier. Ya no quería seguir aguantando y, volviendo la cabeza para encontrarse con su mirada, expresó lo que realmente sentia: “¡Nunca pensé que en tu corazón, Liuva sería más creible que yo! Asier, ¿qué clase de persona crees que soy? ¿Una que no escatima en medios para lograr su fin, maliciosa y venenosa, capaz de cualquier cosa, o una mujer voluble, de amores fugaces y constantes cambios?”

Si Asier tuviera un minimo de confianza en ella, jamás habría pensado que quería matarlo.g2

Y mucho menos cada vez que la veia acercarse un poco a otro hombre, pensaría que ella estaba teniendo un encuentro secreto con él.

Todo esto, porque en el fondo de su corazón, él ya la veía así.

Asi que siempre pensaba lo peor ante cualquier incidente.

Nunca había confiado en ella.

Frente al cuestionamiento de Elia, Asier frunció el ceño y la miro intensamente, diciendo con una voz profunda: “Tú intentaste huir de mi lado varias veces, incluso te fuiste con Ramiro a W pais, ¿cómo quieres que lo tome?”

Ella estaba dispuesta a todo para huir de él.

¡Tenía razones para sospechar que para dejarlo, no dudaria en matarlo!

“¿Por qué quiero huir? ¿No lo sabes?” Elia le replicó.

“¿Saber qué?” La mirada oscura de Asier, reflejada en el lago centelleante, parecia emitir un brillo sombrio que intimidaba y creaba pánico.

Elia se mordió el labio, su malestar interno era como una tormenta que había sido reprimida demasiado tiempo, hasta respirar le dolia.

Después de una intensa lucha interna, decidió finalmente decir lo que había guardado durante tanto tiempo

Si no lo decia, la opresión era demasiado grande.

“Tus métodos, tu crueldad, me hacen querer alejarme de ti! Sergio era tu pariente, y aun asi fuiste tan despiadado que lo llevaste a la muerte. ¿Qué soy yo entonces? ¿Y qué son los niños?”

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Capitulo 1265

Y había algo aún más importante: sin importar cuánto tiempo ella permaneciera a su lado, él nunca se casaría con ella. Ella tendría que vivir siempre en el temor, la inseguridad, incluso en la pérdida

constante.

El abuelo Benjamin ya se lo había dejado muy claro desde el principio: su estatus no era adecuado paral casarse con Asier y, además, había demasiados rencores y asuntos pendientes entre ellos.

La muerte de la abuela Luisa, aunque no fue causada directamente por su madre, también fue una causa indirecta. Benjamin odiaba a muerte tanto a ella como a su madre y nunca permitiría que ella entrara en la familia Griera.

Esto quedó claro cuando Benjamin no le permitió asistir al funeral de Sergio.

Y entre ella y Asier, también había un abismo insuperable.

Elia cerró su mano con fuerza, con una expresión de tristeza profunda, y le dijo a Asier sin reserva.

El rostro de Asier, severo y tenso, con sus rasgos contundentes y definidos, se volvia aún más marcado, frío y duro.

El aire caliente de la ira salía por sus fosas nasales, y apretaba los dientes traseros con fuerza, conteniendo el enfado y el dolor en su interior.

Resultó que ella siempre había pensado que ¡Sergio había sido llevado a la muerte por él!

Por eso, ella lo había odiado, fingiendo estar tranquila a su lado todos los dias, pero en su corazón ya detestaba profundamente.

Nunca habia olvidado a Sergio, incluso después de su muerte, él seguía ocupando el lugar más importante en su corazón.

lo

“Si ya sabes de mis métodos, lo más prudente es que no desafies mis limites, porque no me importaria acabar contigo yo mismo”, dijo Asier, agarrándola del mentón con fuerza, con sus ojos tembloros

ira.

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