Capítulo 1239
Priscila estaba furiosa y herida, y movida por un deseo de venganza, comenzó a salir con un novio. Al saber que a el le gustaba frecuentar los antros nocturnos y que sus relaciones con mujeres nunca eran puramente romanticas, y que a menudo terminaban en la cama, ella decidió seguir el mismo camino.
En un acto de represalia, se acostó con su novio.
Ella ya habia perdido su virginidad hace tiempo.
Orson, con el rostro tenso, sabía que Priscila ya no era ninguna doncella inocente; Jimena también habia compartido su cama alguna vez, así que no había lugar para sorpresas.
Por tanto, no podia distinguir con quién habia dormido la noche anterior.
Jimena actuaba como si no recordara nada, mientras que Priscila insistía en que había sido ella quien estuvo con él esa noche.
Aunque Orson tenía algunos recuerdos difusos, también estaba muy borracho y no podía estar seguro ide to ocurrido.
ottotesto, sa lavo la cara con las manos y dijo: “Tú sabes que tengo muchas mujeres, ir a la gisignfica nada, estamos en otros tiempos, es solo una necesidad física.”
cama no
sas palabras hieron a Priscila, quien no pudo contenerse más y le gritó con furia a Orson: “¿Qué
esses dear con eso. Orson? ¿Que ahora actúas como si nada después de tener relaciones? ¡Estamos puntunto de comprometemos! y me hablas asi?”g2
adus que iness onportaba Orson era la actitud de diva de Priscila, que a la menor provocación elevaba la 12 Vozy annaba un escandalo.
chilteclado ao code ella le hizo estallar la cabeza.
taon los dos vaidos con ambas manos, esperando a que se calmara. Solo cuando el tumulto cesó, se
1st 1000 sidos.
: levanton din dondole la espalda, dijo: “Ya es tarde, cada quien a su casa.”
cho esto, struendo la marche con zancadas largas y abandonó la habitación.
Orson, por qué me me tritas, esi, en qué te he faliado!” Priscila, herida y enojada, gritó al vacío que dejó la
palda de Orson immentranuras las laurmas coman por sus mejillas.
Trespuesta hue els coniconpati de la puerta al cerrarse,
son se había ido sin squsciore consolaria.
iscita colapso, irato aizarmares
mena, por su parte, salio did hot hotel sin tomar un taxi, caminando rápidamente, sin sentir las piedras le pinchaban sus piespies
> entendia por que estaba ton nccionalmente alterada. Sabia muy bien que Orson había estado con
ras mulque siendo passospeso de Priscila, habia estado con ella también.
aro verlos juntos, despues de to devianta noche amerio, era algo que no podia soportar, Su respiración era jitada, su pecho se inflaba con pada bide encanada de aire, y caminaba sin rumbo, sin saber a dónde iba
qué haría.
1 ese momento, el bullicio de la ciudad paderaraan ajenda ella. Sú mundo se habia reducido a una intensa
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tristeza y un corazón desgarrado.
“¡Ay!” No supo cómo, pero Jimena tropezó con un escalón de piedra, cayendo hacia adelante, apoyándose con las manos, las piedrecillas se incrustaron en su palma, brotando sangre.
Sentada en los escalones, miró su palma perforada por las piedras, la sangre se filtraba
El dolor en su mano se extendió hasta su corazón, era un dolor que la asfixiaba. No pudo más y empezó a llorar.
“Uhh,
uhhhh, duele tanto, uhhhh…” Jimena se permitió llorar en voz alta.
“Mamá, mira esa señora se cayó y está llorando, yo cuando me caigo no lloro, ¿soy muy valiente, verdad?”
Un niño de tres años, que pasaba de la mano con su madre, observó a Jimena llorando y mirando su palma ensangrentada, su voz tierna proclamaba su valentía.