Capítulo 1200
Elia volvió
en sí y se apresuro a empujarlo.
Aunque su fuerza era suave y apenas perceptible, era suficiente para hacerle saber a Asier que no se
sentía bien.
Asier atrapó sus traviesas manitas y las colocó alrededor de su cintura, instándola a abrazarlo.
Él se apartó de sus labios, con la respiración entrecortada y ronca, el calor de su aliento rozó su rostro, y sus húmedos labios besaron la comisura de su boca, su barbilla, su cuello y finalmente su oreja.
Ese potente aliento se esparció sobre la delicada piel detrás de la oreja de Elia, haciéndola encogerse por el cosquilleo.
Con sus largas pestañas humedecidas, su mirada titilante y llena de lágrimas, Elia jadeo: “No hagas: eso, el que sufre serás tú…”
Él sabia que no podían ahora.
Sin embargo, el seguía provocandola.
¿Acaso no era como hacerse daño a si mismo?g2
La voz ronca de Asier sonó en su oído: “¿Qué comiste al mediodía?”
Su voz baja y suave vibró en el timpano de Elia, tensando sus nervios.
Su pregunta giró en torno a la comida que ella y Jimena habían compartido con Daniel al mediodia.
Este hombre, cuando se ponía celoso, podía ser más rencoroso que una mujer.
Elia respondió con cautela: “Pedimos lo que le gusta a Jimena, yo solo comi un poco de todo.”
“Entonces, ¿qué comiste?” Asier siguió besando su lóbulo.
Esos besos juguetones hacían que Elia se retorciera de cosquillas, y que su corazón se revolviera, podia soportarlo más.
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Ella, respirando con dificultad y voz de súplica le dijo: Costillas en salsa, también había pescado sin espinas, pollo guisado…”
“Mmm,” murmuró Asier con una voz ronca, dejando de besar su oreja.
Enterró su rostro en su cuello, respirando profundamente, sin moverse, solo presionándola y abrazándola, como si estuviera conteniéndose de algo.
Elia tampoco se movía, sus manos habían sido colocadas por Asier alrededor de su cintura, y ella. mantenía esa postura sin retirarlas.
La cintura de él era delgada, ella podía sentir el inmenso poder a través de la tela, emanaba peligro, algo con lo que no podia lidiar si se le presentaba.
La respiración de Asier era profunda y contenida mientras la abrazaba.
Elia también sentía su pecho subir y bajar, mientras intentaba calmar el desorden de su propio corazón y respiración.
Después de un rato, Asier levantó la cabeza, se volteó y se acostó a su lado, liberándola finalmente.
Con la retirada de su cálido y pesado cuerpo, Elia relajó sus hombros, cerró los ojos y se dispuso a
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Capitulo 1200
dormir.
Asier la miro de reojo, al ver que ella cerraba los ojos para dormir, dijo con voz baja y ronca: “¿Cansada?” “Si, quiero dormir la siesta, no hagas ruido,” respondió Elia sin abrir los ojos.
Después de hablar, sintió esa mirada intensa y profunda sobre ella. Incluso con los ojos cerrados, podia sentir la oscuridad y la intensidad de esa mirada. Era demasiado penetrante para ella.
Así que prefirió no mantener el contacto visual, y simplemente mantuvo los ojos cerrados.
Asier que la observaba, notó como sus ojos se movian bajo los párpados finos como alas de mariposa
claramente nerviosa.
Su presencia la ponía nerviosa.
Asier tenso las líneas de su rostro, se levantó de la cama y salió de la habitación, cerrando la puerta tras
de sí.
Al oír el sonido de la puerta cerrándose, Elia abrió los ojos, miró el delgado cobertor sobre ella y luego hacia la puerta. Agarró la manta, bajo la vista y respiro profundamente varias veces, reprimiendo las emociones turbulentas del fondo de su corazón..
Cerro los ojos y se obligó a dormir, pero las imágenes de Asier junto a ella seguian apareciendo en su mente. Recordaba cuando le preguntó si le gustaba y él la habia besado con pasión, y luego, cuando le preguntó si había sentido su respuesta, su corazón latió con nerviosismo y agitación.
Pensando en todo esto, Elia se revolvió en la cama, respirando profundamente una y otra vez, incapaz
de conciliar el sueño,
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