Capítulo 1193
Jimena ya estaba hablando de casarse con Daniel.
Para Jimena, él no era más que una broma.
¡Qué risa! Él, el heredero de la prestigiosa familia Salcedo, encantador y conquistador, siempre había sido el centro de atención de las mujeres, que se esforzaban por estar a su lado y compartir su cama.
Siempre había sido él quien dejaba a las mujeres, nunca antes habia sido abandonado por ninguna.
Sin embargo, Jimena se habia burlado de él y encima se había llevado su dinero. ¿Pensaba que podial irse asi como asi, casarse con otro tan fácilmente?
¿Acaso creía que Orson era un hombre débil que se dejaria manipular?
Furioso, Orson se tenso, giró sobre sus talones y subió a su Porsche, arrancando el coche con brusquedad.
Daniel, ajeno a cualquier problema, y lleno de felicidad por su futuro con Jimena, también subió a su coche y se alejó del lugar.
Jimena conducia para llevar a Elia a Villa Serenidad.g2
“¿De qué hablaste con Orson?”, preguntó Elia.
Se habían encontrado en la puerta del baño, donde Elia había dado espacio para que tuvieran un momento a solas.
Pero después de hablar con él, Jimena parecia aún más molesta.
“Él trató de ridiculizarme un poco, yo le respondi con ehojo, eso fue todo, no tocamos temas profundos”, dijo Jimena.
“¿Todavía están en ese juego de tú me enojas, yo te enojo?”, Elia pensó que eran como perros y gatos, para ella era una situación bastante cómica. Elia le preguntó: “¿De verdad piensas renunciar a él?”
“Orson y yo simplemente no somos del mismo mundo, ¿cómo renunciar a algo que nunca has tenido?”, Jimena se transformó de pronto en una filósofa, hablando de forma profunda.
“No quieres terminar como yo, ¿verdad?”, Elia se mostró repentinamente melancólica. Ella conocía bien a Jimena, que aunque parecía despreocupada, era muy consciente y nunca se confundía en cuestiones importantes.
Jimena sujetaba firmemente el volante y miró de reojo a Elia. Después de escuchar las palabras de Marisa, había decidido tomar el dinero y marcharse, considerando la situación a la que estabal sometida su amiga Elia.
Temia caer en una posición embarazosa y complicada como la de Elia.
Convertirse en la amante de alguien, vivir en la sombra, sin reconocimiento, y aunque tuviera hijos con esa persona, nunca ser aceptada en un circulo social elitista. Era algo que Jimena simplemente no queria experimentar.
Si quería salir de esa relación, era imposible. Los herederos de familias poderosas tenían un fuerte sentido de posesión; si él no queria soltarla, ella no podria irse.
Jimena temía terminar como Elia, por eso estaba decidida a tomar el dinero y marcharse, para no perder su libertad.
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Capitulo 1193
“Elia, no somos iguales, tú tienes a tus hijos, algo que te ata a permanecer al lado de ese hombre,
mientras que yo no tengo ataduras. Puedo soltar lo que sea si cruza mis limites, Jimena la consolaba y explicaba su decisión.
Después de todo, era solo un hombre, y si se perdia, pues se perdía.
“De verdad admiro tu decisión”, dijo Elia sinceramente,
“Y yo admiro tu coraje, huir con tus hijos dos veces, enfrentándote a Asier, un hombre que aterra a todos”, dijo Jimena entre risas.
Seguian hablando cuando de repente vieron a una persona salir corriendo hacia el coche, extendiendo los brazos para detenerlo.
Jimena, que estaba distraida hablando, no habia disminuido la velocidad y, al ver a la persona en su camino, pisó el freno con fuerza, los neumáticos chirrjaron contra el pavimento.
Pero el coche no se detendria de inmediato y se dirigia directamente hacia la persona, lo que hizo que el corazón de Jimena se detuviera por un instante.
Elia también inhaló bruscamente del susto.
13.09