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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1183

Capítulo 1183

Asier exhalo profundamente, se levantó y la soltó.

Elia se sentó rápidamente y camino hacia el baño con paso firme.

Al cerrar la puerta y sentarse en el inodoro, presionó su pecho con las manos, tratando de calmar el

frenético latido de su corazón.

Pero incluso presionando fuertemente y respirando hondo varias veces, su corazón seguía saltando descontroladamente.

La pesada respiración de Asier parecia seguir resonando en sus oídos, preguntando y tú. Aquella voz ronca y anhelante aún permanecía en su mente, imposible de desvanecerse, provocando que su corazón perdiera su ritmo habitual y latiera desbocado.

Sentia una confusión abrumadora, ese era el desasosjego que experimentaba, evitando la situación, sin saber qué hacer.

Nunca habia imaginado que Asier pudiera estar enamorado de ella….

Un hombre como Asier, con esa forma de amar tan intensa, apasionada y dominante. Le daba miedo no poder soportarlo, no poder aceptarlo..

Incluso si él la quería, no se casaria con ella. Ella nunca podría ser más que una amante oculta. La familia Griera no permitiría que se casara con Asier, y el tampoco se casaría con ella.g2

¿Qué sentido tenia forzar una relación sin futuro?

Elia seguía sentada en el inodoro, sin prisa por salir.

De repente, alguien tocó la puerta del baño, sacando a Elia de sus pensamientos. Se giró bruscamente hacia la puerta, donde la silueta alta y esbelta de Asier se perfilaba tras el vidrio esmerilado.

Era Asier quien llamaba, apresurándola.

Elia apretó la cintura de su pantalón y dijo hacia la puerta: “Estoy haciendo del dos, tardaré bastante.”

Después de decir eso, la figura imponente de Asier se quedó un momento en la puerta y luego se

Con la partida de esa presencia alta y peligrosa, Elia se relajó un poco, quedándose sentada en e inodoro, reflexionando…

Mucho tiempo después, Elia salió de nuevo y vio a Asier acostado en la cama, mirando fijamente techo, como absorto en sus pensamientos.

Al oir a Elia, giró la mirada hacia ella. Al ver su timidez, su voz grave y magnética le dijo: “Ven aqui…”

A pesar de ser solo dos palabras normales, la autoridad innata de Asier todavía la hacía sentir presionada.

Como si fuera una orden que no podía desobedecer, Elia se acercó al borde de la cama.

Asier se sentó y le extendió la mano. Elia respiro hondo y, finalmente, le entregó la suya.

Él tomó su mano con firmeza y la atrajo hacia la cama, indicándole que se acostara. Su áspera palma recorrió su cintura hasta llegar a su vientre….

Las palmas ásperas dejaban una estela de chispas al pasar, lo que causó pánico en Elia. Rápidamente sostuvo su mano, sus ojos brillaban con súplica y dijo: “No, por favor.

13-08

Capitula 183

Asier se detuvo por un instante, mirándola fijamente con sus ojos profundos. Después de un segundo, retiró la mano que Elia sostenía y continuó acariciando su vientre con suavidad.

No parecía tener intenciones ocultas, sino que, al igual que Joel, simplemente acariciaba su vientre, como si quisiera sentir la pequeña vida que crecia dentro de ella.

Al darse cuenta de sus intenciones, Elia relajó su cuerpo tenso y dejó que él continuara tocando vientre con delicadeza.

Después de un rato, al no sentir nada inusual, Asier se inclinó y puso su oído contra su vientre.

Elia estaba sorprendida y a la vez conmovida.

¿Estaba Asier intentando escuchar los movimientos del bebé?

Viendo lo serio que Asier estaba escuchando, Elia no tuvo más remedio que recordarle: “Solo tiene dos meses, no se puede escuchar nada todavía, al menos hasta el cuarto o quinto mes para poder notar sus movimientos dentro del vientre.”

10-08

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