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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1179

Capitulo 1179

Su voz, berna y suave, llamo debilmente.

Elia se agacho y abrio los brazos, lista para recibir a los niños que corrian hacia ella, pero de repente, una sombra imponente la envolvió. Asier, sin que ella se diera cuenta, ya estaba frente a ella y habia agarrado a los cuatro pequeños que se dirigian hacia Ella.

Los cuerpecitos redondos de los cuatro pequenines fueron acogidos en los brazos largos de Asier, como patitos en el regazo de su madre.

“Uh, papa sueltame, quiero a mamá!” Joel se quedó mientras forcejaba en los brazos de Asier, empujando su pecho fuerte con sus manitas, tratando de liberarse tiara correr hacia los brazos de su madre.

Iria también estaba del öntenta y dijo: “Quiero que mamá me abrace.”

Abel reclamo: “Ayer te ayude a localizar dónde estaba mamá, y dijiste que hoy podríamos jugar con ella.“

Inės exclamó: “Mama, quiero a mama!”

Elia estaba confundida, Asier nunca habia impedido que los niños corrieran hacia ella antes, ¿por qué de repente ahora evitaba su

momento de cariño con los niños?

Justo cuando estaba perpleja, Asier habló con voz firme: “¿Ya se olvidaron de lo que les dije la última vez? ¿Recuerdan que tienen que ser cuidadosos porque mamá tiene un hermanito o hermanita en su vientre?“g2

Asier estaba educando a los cuatro pequeños.

Cuando Elia escucho sus palabras, sintió un revuelo en su corazón y se dio cuenta de la razón por la cual Asier actuaba de esa forma, y también recordo que estaba embarazada,

Ella tenia la intención de proteger al bebe en su vientre, pero ante la emoción de ver a sus niños, queria abrazarlos con tanta ansiedad que por un momento olvido al pequeñito que llevaba dentro.

Asier, en cambio, lo tenia siempre en mente.

Los niños eran muy comprensivos, y aunque al principio no entendian la actitud de Asier, en cuanto él les explicó, inmediatamente comprendieron su intención,

Joel que habla estado forcejeando, se calmó y dijo dulcemente: “Ya entiendo, seré muy cuidadoso y no tocaré a mamá para proteger

al bebé de su panza.”

“Está bien.” Asier pasó su mano por la cabeza de Joel en señal de aprobación.

aler

*Papa, si necesitas algo, siempre estaré dispuesto a ayudarte rápido,” dijo Abel suavizando su voz al entender el cuidado de Asier hacial su madre.

“Oh, seré cuidadosa, dijo Iria, medio entendiendo, con sus grandes ojos brillantes, asintiendo como un pollito.

“Me gustan el hermanito o hermanita,” dijo Inés con su voz suave y melosa.

Entonces Asier los soltó.

Los pequeños, una vez liberados, corrieron hacia Elia, pero justo antes de llegar a su lado, bajaron la velocidad instintivamente y sel acercaron a ella con pasos suaves y cautelosos, mirándola con ternura.

“Mama, Fabio dijo que si jugábamos aqui un rato, tú volverías, y es verdad Abel le dijo a Elia.

Ese día era sábado, no habia escuela, y los niños hablan empezado a buscar a su madre desde que se levantaron.

Fabio habia estado tratando de distraerlos, convenciéndolos de desayunar y luego de salir a jugar. Todo para desviar su atención.

De hecho, ni Fabio sabia a que hora volverian Ella y Asler.

Elia miró con gratitud hacia Fabio, quien estaba de ple a un lado: podia imaginar el alboroto que los niños habrian hecho buscandola, y agradecia la paciencia y el cuidado de Fablo.

Fabio recibió la mirada de agradecimiento de Elia y asintió con respeto y cortesia, respondiendo a su mirada y expresando con su rostro que era su deber y que no habla necesidad de agradecerle.

“Mama, ¿puedo tocar tu barriga?” Joel levantó su cabecita y pidió con inocencia; queria sentir como jugaba su hermanito o hermanita en el vientre de su madre.

Ella volvió a la realidad y le respondió a Joel: “Claro que si, pero no vas a notar casi nada, ya que todavía son muy pequeños y no han tomado forma humana…”

“¿Ah si? Déjame tocar.” Joel se acercó con sus cortas piernitas y tocó suavemente la barriga de Elia, con mucho cuidado de no hacer fuerza para no lastimar al bebe.

Capitulo 1179

Después de tocar, miró a Elia con sus brillantes y curiosos ojos y dijo con toda seriedad: “Parece que hay un pececito nadando, ¡qué mágico!”

Elia escuchó sus palabras infantiles y soltó una carcajada: “Debe ser tu imaginación, la verdad es que ahora mismo no siento nadal especial.”

Después de decir eso, sintió una mirada intensa a su lado. Al voltear, sus ojos se encontraron con la mirada oscura y profunda de Asier.

Capítulo 1180

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