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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1169

Capítulo 1169

Marisa preguntó movida por la curiosidad “Vaya, ¿cómo sabes que ellos dos estuvieron cansados anoche?”

Marisa que ya habia pasado por eso y tenia un hijo ya adulto, entendió al instante lo que queria decir la abuela Salcedo. ¿Será que los dos jovenes se habian excedido la noche anterior?

“Claro que lo sé, les preparé sopa de mariscos y caldo de pollo con mis proplas manos, y además, después les lleve un fresco atole para aliviar el calor,” dio la abuela Salcedo, con una sonrisa aún más amplia en el rostro

Marisa se sorprendió:

Sin necesidad de preguntar, sabia que esas sopas tenían algo especial seguramente eran una invitación a que los jóvenes no pudieran resistirse a la pasión de 6 noche,

Al ver la expresión atónita de Marisa, la abuela Salcedo sorrisin decir una palabra más y se concentró en su desayuno.

Después de comer, el abuelo Salcedo le extendió la mano a la abuela Salcedo y dijo: “Vamos al jardin a pasear un poco, a hacer la digestión.”

La abuela Salcedo le dio su mano al abuelo Salcedo, y asi, cogidos de la mano, se apoyaron mutuamente y salieron del salón hacia el jardin.

Marisa, sentada al borde de la mesa, no se sentia particularmente feliz, sino más bien se sentia un tanto melancólica.g2

Mientras desayunaba, sono su teléfono móvil, Era la señora Guzmán.

Marisa contesto rapidamente.

Despues de intercambiar unas palabras de cortesia, la señora Guzmán fue directo al grano: “Mi esposo dice que, si Orson se casa con mi hija Priscila, haremos todo lo posible por ayudarlo a que se fortalezca dentro de la familia Salcedo. ¡El puesto de mando será suyo! Mira a Leo Salcedo, ese primo de Orson, cómo está creciendo en poder, ya se ha ganado a muchos accionistas de la compañiasi Orson no actúa pronto, perderá su oportunidad.”

Esas palabras pesaron en el ya preocupado corazón de Marisa, aumentando su ansiedad.

El impulso que tenia Leo, el primo de Orson, en ese momento, era ciertamente mucho más fuerte que el de Orson, y el abuelo Salcedo también estaba considerando darle a Leo el puesto de presidente.

Aunque el anciano parecia no involucrarse en ese asuntos, la decisión final aún estaba en sus manos. El solo consideraba quien tenia más poder y quién podia administrar bien la compañía y traer beneficios.

Leo estaba a punto de casarse con la hija de una prominente familia y con el apoyo de su futura esposa, estaba destinado a ser el ganador final.

La familia de Orson solo podría ser oprimida por Leo, sin ninguna oportunidad de subir.

Si no aprovechaban la oportunidad que se les presentaba en la mesa, seria aún más dificil para Orson en el futuro.

“Senora, no se preocupe, nuestro Orson definitivamente se casará con su hija, que es tan hermosa y obediente. Orson tiene suerte de tenerla, Marisa le aseguro a la madre de Priscila Guzmán con una sonrisa.

“Entonces, veamos cuándo podemos organizar la ceremonia de compromiso para ellos y fijar la fecha de la boda. Cuanto antes se casen, antes podran ayudar a Orson a fortalecer su posición,” instó la señora Guzmán, pues su hija amaba realmente a Orson, y ella era una madre que adoraba a su hija.

“Voy a hablar con Orson y te dare una respuesta lo antes posible, no te preocupes, todo saldrá bien, prometió Marisa.

Después de reir y charlar un poco más, colgaron el teléfono.

Jimena, despues de bañarse, bajó las escaleras solo para encontrar a Marisa sentada sola al lado de la mesa del comedor. A pesar de sentirse algo ajena, saludo con calidez y cortesia: “Señora, buenos dias.”

Marisa esbozó una sonrisa fria y le indicó: “Siéntate a desayunar, Sasha, sirve el desayuno que está listo en la cocina para Jimena.” Jimena sonrió y se sentó frente a ella. Después de lo sucedido la noche anterior con Orson, estaba decidida a decirle a la familia Salcedo que lo suyo con Orson era en serio.

El dia anterior todo era una mentira, pero al día siguiente se habla convertido en realidad. Jimena decidio aceptar la situación tal y como venia. Además, Orson ya habla mencionado que no todo lo que decía era falso; él realmente la apreciaba y tenia la intención de casarse con ella.

Jimena no era de las que se achicaban fácilmente; también queria luchar por lo que deseaba.

Sasha trajo el desayuno y lo coloco frente a Jimena, quien agradeció con cortesia y luego, intentando ser lo más educada posible, se dirigió a Marisa y dijo: “Señora, yo y Orson…”

Capitulo 1169.

“No eres la primera que Orson trae a casa” interrumpio Marisa con una sonrisa que escondia frialdad, antes de que Jimena pudiera terminar su frase.

El corazón de Jimena sintió un pinchazo y su sonrisa se congeló.

Capitulo 1170

Capítulo 1170

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