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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1160

Capítulo 1160

La gasolina ardió con tal impetu que, al entrar en contacto con una chispa, estalló en llamas de inmediato.

Las llamas se esparcieron a lo largo del circulo de gasolina que rodeaba la tumba, serpenteando como lenguas de fuego que envolvieron a Elia por completo, quemándole el rostro con su calor insoportable.

Elia, aterrada, intentó desesperadamente zafarse, buscando liberarse de las cuerdas, pero Marina las había atado con demasiada firmeza.

No importaba cuanto luchara, no podia soltarse.

“Me voy, te deseo suerte“, las palabras de Marina cruzaron el circulo de fuego y llegaron a los oidos de Elia, mezclándose con el rugido de las llamas,

Elia ya no tenia la capacidad de escuchar, lo único que podia oir era el estrépito del fuego y el pánico que la invadia…

Luchaba con todas sus fuerzas, pero las cuerdas no cedian.

Marina se alejó con su linterna en mano, subió al coche, echó un último vistazo al circulo de fuego, presionó el acelerador y se marcho.

El fuego iluminaba el oscuro cementerio como si fuera de dia.g2

A través de las llamas, Elia observó las numerosas tumbas y, más allá, el bosque sombrio que parecia albergar monstruos listos para salir y devorarla.

El terror la envolvia, con las tinieblas de la distancia a un lado y el fuego voraz al otro, amenazando con consumirla en cualquier momento.

Su instinto de supervivencia la impulsaba a seguir luchando mientras su teléfono móvil cala del bolsillo debido a sus esfuerzos.

El telefono sond. Era una llamada de Asier. Con lágrimas en los ojos y el corazón palpitando descontroladamente, deseo contestar, pero el móvil estaba en el suelo, no podia alcanzar el móvil ya que sus manos y pies estaban atados.

Miró la pantalla continuamente iluminada, el nombre de Asier parpadeando sin cesar, y en un frenesi intento deslizar el dedo para responder, pero fue inútil. Al final, el tono se apagó y la pantalla se oscureció, como la esperanza de Elia.

Todo se sumió en la oscuridad y la desesperación la invadió completamente.

Con la vista empañada por las lágrimas, vio cómo la hierba dentro del circulo comenzaba a arder, con las llamas acercándose poco a poco hacia ella.

No pasaría mucho tiempo antes de que el fuego la alcanzara, y con la gasolina en su cuerpo, seria devorada rápidamente por las llamas.

Elia temblaba de miedo, su cuerpo entero se estremecia mientras se encogia intentando alejarse de las Bamas, pero el fuego se extendia hacia ella sin señales de extinguirse.

El miedo y la desesperación se intensificaban.

Con la respiración entrecortada y las lágrimas brotando sin parar de su rostro, Elia se preguntó si moriria alli.

No, no podia morir, Llevaba una vida dentro de si, tenia cuatro pequeños que necesitaban su amor maternal y una madre a la que cuidar…

Pero la hierba ya estaba ardiendo a sus ples, y si avanzaba un poco más, la gasolina de su cuerpo se encenderia.

Elia retraía sus pies en un intento de alejar las llamas.

Sin embargo, la implacable avanzada del fuego quemaba sus últimas esperanzas.

Elia mordió su labio, cerro los ojos y se estremeció en anticipación al dolor de ser consumida por las llamas…

De repente, un estridente chirrido de neumáticos rasgó la noche, el sonido indicaba que alguien se aproximaba a gran velocidad.

Ese sonido saco a Elia de su desesperación. Abrió los ojos de golpe y comenzó a gritar con urgencia: “Ayuda, por favor! ¿Hay alguien ahi? ¡Ayuda!”

¿Pasaba un auto por alli?

Se aterró a esa débil esperanza y gritó con todas sus fuerzas.

Mientras gritaba, una sombra se acercó a toda velocidad, cruzando el fuego que rodeaba las tumbas y saltando hacia ella.

Capitulo 1161

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