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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1098

Capítulo 1098

Liuva acababa de terminar de aplicarse el maquillaje cuando, de repente, recibió una fuerte bofetada que hizo volar su base como copos de nieve en el aire Sentía el rostro arder y su cabeza zumbaba.

Rápidamente se cubrió la cara y miró a Elia con furia, enseñando los dientes: “¿Cómo te atreves a pegarme?”

Elia resopló con desprecio y dijo con ira: “Claro que te pegué!”

Elia no olvidaría cómo Liuva la había obligado a drogar la bebida para dársela a Asier en la sala privada. Ella era tan despreciable como Gabriel, utilizando un video de su madre para amenazarla. Hacía tiempo que quería golpear esa cara odiosa de Liuva.

“¡Te daré tu merecido, desgraciada, como te atreves a golpearme!” Liuva temblaba de rabia y se lanzó hacia Elia con las uñas listas para atacar, con una expresión de pura maldad en el rostro.

Elia estaba preparada para la confrontación y, en el momento en que Liuva se abalanzó, se movió a un lado, haciendo que Liuva fallara el ataque. Aprovechando el momento, Elia agarró el cabello de Liuva y tiró hacia atrás con fuerza.

“Ay, ay, ay, duele!” Liuva trató de atacar a Elia con toda su fuerza pero al fallar y sentir su cabello siendo tirado, perdió todo control de la situación.

“¡Dime, quién es la desgraciada ahora!” exigió Elia con una voz cargada de furia.g2

Elia había trabajado con sus manos toda su vida, tenía más fuerza que esas mujeres acostumbradas a la comodidad, y después de cinco años lidiando con gente ruda en su trabajo, ¿cómo no iba a poder manejar a alguien como Liuva?

Elia habia aprendido a mantener la calma en situaciones dificiles y si alguien buscaba problemas, estaba lista para enfrentarlos.

Antes, Liuva la tenia bajo control porque poseía algo que podía usar para amenazarla. Elia no quería arriesgarse, temía por su madre.

Pero en el momento en que el video ya no estaba en manos de Gabriel puesto que habia sido borrado, Elia no iba a permitir que Liuva siguiera siendo arrogante frente a ella.

Liuva, con la respiración agitada y la voz llena de ira, insistia. “¡Tú, eres tú! ¡Tú eres la desgraciada!” “Vamos a ver si tu boca es tan resistente como tu cuero cabelludo,” dijo Elia, tirando nuevamente del cabello de Liuva, que estaba estirado al limite, como si fuera una peluca a punto de caerse.

“¡Ah, duele! ¡Sueltame, Elia, te voy a matar!” Liuva estaba furiosa, con las venas de la frente hinchadas, tratando de alcanzar a Elia con sus manos.

Elia esquivó el ataque y puso su pie en la cintura de Liuva para mantenerla a distancia, y con una presión adicional, la inmovilizó por completo.

“Encamandote con hombre sin ningún tipo de vergüenza ni dignidad, eso solo lo hace alguien tan bajo como tú. ¿Y todavia te atreves a insultar a los demás?” Elia replicó con desdén.

“¿Acaso es un hombre cualquiera? ¡Ese es Asier! ¿Cuántas mujeres desearían estar en mi lugar? ¿Y tü no haces lo mismo?, siempre alrededor de él, incluso sin tener ningún titulo, simplemente estás ahi, pegada a Asier como una garrapata” Liuva, atrapada y sintiéndose humillada, miraba al cielo con odio desde su posición forzada.

“Si puedes, entonces quitamelo!” Elia la desafió hablando entre dientes.

Liuva, llena de odio y manteniendo su postura incómoda, miró fijamente a Elia con rencor y dijo: “¿Crees que no puedo? Eso de drogar a Asier fue solo el primer paso. Una vez que esté cerca de él, tendré más oportunidades. Tu arrogancia no durará mucho!”

¿Cerca de Asier? ¿Qué quería decir con eso? ¿Había pasado algo entre ellos realmente ese día?

Al escuchar eso, el corazón de Elia se hundió de golpe, sintiendo un dolor sardo que ignoró por la situación, pensando que era solo su furia ante la desvergüenza y la audacia de Liuva.

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