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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1094

Capítulo 1094

Se se dirigió a la empresa, había faltado varios días al trabajo y eso le pesaba en la conciencia.

ficVicente Fuentes tarareaba una melodia mientras cruzaba la secretaria, camino a su oficina.

luute to al pasar de repente se giro, se apoyo en el marco de la puerta y miró con curiosidad y sorpresa a Thaba en le secretaria: “Oye, ¿acaso estoy viendo visiones o Elia realmente ha vuelto al trabajo?”

At ossa vez, the se giro y vio a Vicente con una expresión de asombro. Con un poco de vergüenza, le

Meie ausente cuatro dias, Sr. Fuentes. Puede descontar de mi salario lo que vea necesario, no se

licente do roso sonriendo, cruze los brazos sobre su pecho y se acercó al escritorio de Elia, apoyó su spoa coperta ta mesa, y le dijo: ¿Ausentarte? Lo que hiciste fue darme un susto de muerte.”

| St. Sueuestes estaba al tanto de la historia de Elia huyendo con los niños y la persecución peliculera de sier cycle le analoo del susto.

iBi no ne rearuss, ba, sin duda Asier vendria a pedirle cuentas, ya que era empleada de su compañía, v esaparecre. le, tas uu tule Asier to hiciera responsable de alguna manera.

i Asier le ex ea cuestas esc significaria tener problemas con él, y Vicente sabía bien lo que pasó con runa, que portente coton Acier termino mandándolo a África.g2

se mes en Africa, se sanamenite Puino.no to olvidaria jamas. Las condiciones allá no eran moco de avo, no todes Docter so soportalas

i Vicente se pocio en cossade de Acier ni queria imaginar las consecuencias que le e

lia captó el significado co co co de las palabras de Vicente. Era difícil soporta el pod sier. Stella hubiese kada do apar de verdad, Vicente y todos los relacionados co

Isto afectados.

lia le dio a Vicente cont nermordomienienta: Lo siento mucho, la próxima vez que piense rometo renunciar primero..

icente casi se descompone de la improrenc, se enderezo y con ojos abiertos de asomb usto y la risa, le dijo: “¿Estás persson en un inn proxime vez? ¿No temes que tu Asier se lere todas las rutas del roundo?!

errar todas las rutas del mundo. Ela crets qu que Asier tenia el poder para hacerlo. No solo tel rivado, sino que todas las aerolineas del tercpropreno hendian sus órdenes, ¿qué no sería ca

acer?

11 ess

días de hospitalización, mientras nextionica pe por las noches, Elia habia resuelto un e ue la atormentaba. Siempre se habia preguntado corporno Asier habia sabido con certeza que ha pais W. si Abel habla borrado las camaras de seguridad de su ruta al aeropuerto y un amigo d amiro les habia permitido subirse al avión om dejarjasmotro.

urante la noche, de repente recordó la anomatia en el voor aquel asiento vacio, la persona den ntusiasta y las preguntas acerca de sus cuatrillings.os

eguramente Asier habia ordenado a las compañias as eas aslestar atentas a los pasajeros, y la cla Tan los cuatrillizos.

de

Capitulo 1094

Si aparecían cuatrillizos en un vuelo, esos eran ella y sus hijos.

Al fin y al cabo, los cuatrillizos eran raros de ver, y que coincidieran esa misma noche en un avión era todavía menos probable.

Si aparecian, probablemente serían ella y los niños.

Viendo la cara de susto y alivio de Vicente, Elia sonrió y dijo: “¿Desde cuando Asier se convirtió en parte de mi vida?”

“Él es el padre de tus hijos, si no es parte de tu vida, ¿de quién más podria ser?” replicó Vicente como si fuera obvio.

Elia sonrió con ironía, era una sonrisa que los demás no podian interpretar, solo ella sabía cuánta amargura y autocrítica contenía.

“Sr. Fuentes, tú que conoces el mundo de los ricos, sabes que muchos hijos de familias adineradas tienen hijos con mujeres que no son sus esposas, y sin embargo, pasan su vida con otras. Además, hay muchos casos de gente común que tienen hijos juntos pero viven en hogares separados.”

“Asier no es como esos playboys ricos, dijo Vicente sin dudarlo.

“¿Qué tiene de diferente?” preguntó Elia.

“¿Acaso no te has dado cuenta de lo especial que es Asier después de tanto tiempo a su lado? ¿Has visto a alguna otra mujer cerca de él, aparte de ti? Vicente le preguntó con cierta incredulidad. Él, que era un buen amigo de Asier, había notado que era un hombre de gran lealtad y honor, no era alguien que jugara con los sentimientos de los demás.

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