Capítulo 1082
Asier miraba a Abel con ojos penetrantes y pregunto: “Además de ayudarte a eliminar la vigilancia del radar para tu madre, ¿hay algo más?”
“Fue sobre hackear la red…” Abel estuvo a punto de decir que ayudó a su mamá a hackear la red de alguien más para borrar un video.
Pero de repente recordó que habia prometido a su mamá que no le contaría a nadie, incluido su papá.
La confesión de Abel se quedó atrapada en su garganta, con la boca ligeramente abierta y mirando a Asier frente a él.
Esos ojos profundos e intimidantes lo miraban fijamente, lucían imponentes sin estar enojados, haciendo que Abel sintiera un poco de miedo en su corazón.
Si fuera cualquier otro día, no tendría miedo de Asier y lo miraría fijamente entre fruncido de cejas, pero en ese momento se sentia cobarde por su culpa..
La mirada de Abel, normalmente desafiante, de repente se volvió temerosa y bajo la cabeza en silencio.
La voz grave de Asier preguntó: “¿Hackear la red de quién?”
Abel se sentia nervioso y agachó la cabeza. No sabía qué hacer ahora que casi revela el pequeño secreto entre él y su mamá, ¿y si su papá descubre que estaba ocultando algo? ¿Cómo podía mantener la promesa que le hizo a su mamá?g2
Mientras Abel se preocupaba, su pequeña cabeza giraba rápidamente, buscando una salida.
“¡Habla!” dijo Asier con severidad.
Abel, asustado, se estremeció y rápidamente dijo: “Hackear la red de la empresa de mamá, ella no trajo los documentos a casa y no quería volver a la oficina, asi que me pidió que hackeara la red de la empresa y copiara los archivos en su computadora.”
Después de hablar, Abel miró a Asier con ojos inocentes y preocupados, temiendo que Asier viera que estaba ocultando algo.
Asier lo miró fijamente y dijo. “¿Por qué tienes que ocultar algo asi?”
“Porque prometi a mamá que no se lo diría a nadie, ella teme que su jefe la regañe.” Abel, con la cabeza baja y los ojos levantados, intentaba bajar la mirada tanto como podía, pero temía que no mirar a Asier a los ojos lo enfadara.
Era una mezcla de culpa y honestidad.
Asier notó que Abel bajaba la cabeza, pensando que lo había asustado.
Su expresión se suavizó y le dijo: “No te preocupes, el jefe de tu mamá no se enterará. Enciende la computadora y copia el video que te dije.”
Asier volvia al tema principal.
“Mmm, sí.” Abel rápidamente abrió el cajón, sacó su tableta y la encendió de espaldas a Asier, sintiendo un alivio interno.
Por suerte, había reaccionado rápido y no había revelado el pequeño secreto entre él y su mamá. De lo contrario, se habría sentido muy mal por ella.
Abel preguntó a Asier mientras encendía la computadora: “Papa, ¿mamá se fue a trabajar? ¿Cuándo
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Capitulo 1082
volverá?” Ya era la tarde y debería ser la hora en que ella terminara su trabajo.
¿Por qué solo había vuelto papá y mamá no? Se preguntaba Abel en su cabeza.
Asier frunció el ceño y dijo con voz baja: “Ella está enferma y hospitalizada.”
“¿Ah, mamá está enferma? ¿Es grave? Uhm, quiero ver a mamá.” Al escuchar que Elia estaba enferma, Abel se sintió ansioso y preocupado.
“No es nada serio, está descansando en el hospital y volverá en un par de dias.” Asier trató de tranquilizarlo.
“Bueno.” Abel respondió con timidez, pero no podía dejar de pensar en su mamá.
Abel estaba distraído, la velocidad con la que rompía los códigos disminuyó. Normalmente solo necesitaba dos minutos, pero en ese momento había tardado diez minutos en conseguir todos los videos de Sabor Buendia, tanto internos como externos, en su computadora.
“Papa, ya está, eso es todo.” Abel se giró hacia Asier.
Asier levantó la mano y le acarició suavemente la cabeza diciendo: “Bien, has trabajado duro. Ve a
descansar un rato.”
Abel dudó un momento, pero obedeció y salió. Papá no le había dicho que viera los videos copiados juntos, asi que mejor no los veía.
Después de que Abel saliera de la habitación, Asier se sentó frente a la computadora y comenzó a abrir los videos uno por uno.
Desde que Ramiro entró al restaurante hasta que Elia entró y salió, no se perdió ningún detalle.
En las cámaras de vigilancia se veía que Elia solo habia estado en el salón privado por doce minutos antes de salir.
