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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1024

Capítulo 1024

Rosalinda estaba ansiosa mientras seguía con la mirada la espalda de aquel hombre que había entrado en una habitación apenas entreabierta Después de entrar, ni siquiera se molestó en cerrar la puerta

La figura del hombre desapareció de su vista, y Rosalinda, como si despertara de un trance, retomó su camino en busca de la habitación 2809.

No habia dado muchos pasos cuando escuchó un alboroto detrás de ella Al voltear, vio a una mujer con un vestido llamativo y provocativo tambaleándose desde una habitación Era la habitación justo enfrente de

donde el hombre habia entrado

La mujer estaba vestida de forma escandalosa y sensual, y debido a su nerviosismo, su ropa interior se habia deslizado Su escote estaba completamente expuesto a cualquiera que pasara por ahi

A pesar de su maquillaje excesivo, era evidente quién era.

¡Era Liuval La hija de Gabriel y Adela, la misma que había ido a la casa de Rosalinda y, junto con su madre, i

habia tratado con prepotencia y violencia.

Al reconocerla, una oleada de ira inundó a Rosalinda.

Estaba a punto de acercarse a Liuva para confrontarla y saldar cuentas pendientes

Pero antes de que pudiera acercarse, vio a Liuva con las mejillas enrojecidas y respirando con dificultad, agarrando el ruedo de su vestido, y entrando en la habitación de enfrente, la misma que el hombre habia

entrado.g2

Liuva se sentia terriblemente mal, desesperada por satisfacer sus necesidades fisicas. Asier no solo le habia dicho que se fuera, sino que la habia pateado tan fuerte que sintió su alma partirse en dos

Si no podia tener a Asier, se conformaría con Maximiliano.

Este hombre era socio comercial de Asier, y por tanto, también debía poseer recursos y poder. Aunque era mayor tambien era atractivo

ir con Maximiliano no seria una pérdida para ella.

Sin un momento de duda, Liuva entró en la habitación de Maximiliano

Al ver esto, Rosalinda se detuvo en seco, sorprendida al ver a Liuva entrar

¿Qué estana haciendo Liuva en la habitación de ese hombre? ¿Acaso ella estaba

Rosalinda se acerco con cautela intentando echar un vistazo al interior de la habitación.

Pero las habitaciones tenian su propio vestibulo y desde afuera era imposible

“Sr Maximiliano está usted borracho dejeme cuidarlo, se hacerlo muy bien, puedo manejar qualquer posición se escucho la voz coqueta y suave de Liuva desde adentro

Al oir eso, Rosalinda se estremecio de repulsión y rapidamente se alejó de la habitación

Conmocionada e incredula de saber que Luva estaba haciendo ese tipo de cosas con ese hombre

Que falta de verguenza igual que su padre

Rosalinda sentia un nudo en el pecho abrumada no esperaba que ese hombre de la habitación hura esa persona

En su indignación, alzo la vista hacia el numero de la habitacion

Luego miró hacia la habitación de donde Live hatra saldo tenhalmand

¿No estaba Elia lo 28097

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Capitulo 1024

Esa era la habitación que estaba buscando.

La puerta estaba abierta, asi que Rosalinda entró directamente y preguntó: “Disculpe, ¿está aquí el señor.

“¡Fuera!“, un gruñido contenido y furioso resonó, lleno de ira y amenaza, como el rugido de un león.

El susto hizo que Rosalinda retrocediera rápidamente fuera de la habitación, temblando de miedo hacia el

ascensor.

Afortunadamente, reconoció la voz del hombre, la voz de Asier, de lo contrario, habría pensado que había una bestia salvaje lista para devorar a alguien en la habitación.

Rosalinda entró en el ascensor y apretó frenéticamente el botón de cerrar puertas, como si un segundo de retraso pudiera costarle la vida.

Una vez que las puertas se cerraron, pulsó el botón de la planta baja, aún conmocionada, se golpeó el pecho para calmarse.

¿Asier también estaba en la 2809? ¿Estaba Elia con él?

¿Cómo es que Liuva habia salido corriendo de su habitación?

Rosalinda estaba confundida y no podia entender lo que estaba pasando.

Había ido al hotel a buscar a Elia, y cuando pensaba que la había encontrado, se topó con una escena que le habia puesto la piel de gallina.

Asier le habia dado un susto que casi le hacia saltar el corazón del pecho.

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