Capítulo 1019
Ella no podía correr riesgos.
Por eso, no podía permitir que Asier regresara con ella.
“Está bien,” contestó Elia, avanzando para ayudar a Asier, acompañados por Rayan hacia el ascensor que los llevaría a los pisos superiores del hotel.
El ascensor se detuvo en el piso 28, Rayan ayudó a Maximiliano a salir, ya había un empleado esperando en la puerta del ascensor: “Rayan, aqui tienes las llaves de las habitaciones 2806 y 2809”
“Perfecto, sigue con tu trabajo,” dijo Rayan tomando las llaves de la mano del empleado y le pasó una a Elia. “Lleva a Asier a la habitación.”
Elia tomó la llave, observó el número, era la habitación 2809.
Con esfuerzo, ayudó a Asier a llegar a la puerta de la habitación y la abrió.
La 2906 estaba justo frente a la 2809, Rayan abrió la puerta y ayudó a Maximiliano a entrar
Elia, sosteniendo a Asier, quien estaba cada vez más borracho y comenzaba a tambalearse, empezó a hundirse.g2
Elia pasó su brazo alrededor de sus hombros, soportando el peso de su cuerpo, entraron trastabillando a la habitación: “Despacio, la cama está justo ahi,” le indicó Elia.
Al entrar, Asier, con un movimiento de su larga pierna, cerró la puerta detrás de ellos, un detalle que Elia no
noto.
Con dificultad llegaron a la cama y justo cuando estaba por acostar cuidadosamente a Asier, el brazo que tenia sobre su hombro se tensó de repente, rodeando su cuello con fuerza.
Elia giro en el aire y fue lanzada sobre la cama, cayendo de espaldas en el colchón suave Su corazón se tenso, solto un grito de sorpresa y, antes de que pudiera reaccionar, el amplio y sólido pecho de Asier se presionó
spiernas alrededor de ella, su pecho la envolvió, su aliento cálido y poderoso soplaba entre ellos.
e el corazón de Elia diera un brinco de nerviosismo: “Asier, estás borracho, deberias dormir, te ejor después de un rato…”
Crees que no tengo aguante al licor? la voz ronca de Asier sono, parecida al rugido de una bestia, bando sobre la cabeza de Elia.
Su aliento calido bañaba sus labios, su calor se transmitia incluso a traves de la ropa
El calor hizo que el corazón de Elia latiera como agua hirviendo, sin poder detenerse.
¿Estás fingiendo estar borracho? Elia, con sus grandes ojos claros, miró fijamente el rostro quapo a pocos centimetros de ella, sus rasgos definidos bañados por una luz que mezclaba el calor y la fraided
Asier cubrió su cara con su gran mano, abarcando todo su rostro, la aspera paima con callos rozaba su mejilla, esas palmas calientes y sudorosas
La piel de Elia hormigueo como si la electricidad fluyera a traves de ella transmitiendo una sensación de cosquilleo que la entumecia y calen
“Habia algo en esa bebida, ¿verdad? Tu lo sabes mejor que yo ¿no es así? Los ojos profundos de Asiel oscuros y enigmaticos, ia heraben fijamente eran penetrantes y afiados
Elia se quedó sin aliento, su corazón se detuvo en ese momento y el miedo la invadio sin escapatinia
Asier sabia que habian puesto algo en la bebida, ¿por qué entonces la habra bebido?
“¿Por que hiciste eso? Al ver que ella no respondia, la voz fra y baja de Asier sonó de nuevo
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Capitulo 1019
“Yo. El dolor y la angustia en el corazón de Elia eran demasiado intensos, estuvo a punto de revelar la verdad, pero al encontrarse con esos ojos frios y distantes de Asier, todo su sufrimiento se quedó atorado en su garganta, sus manos se aferraron a la colcha debajo de ella.
“Liuva te quiere,” dijo Elia, reprimiendo el dolor y la angustia en su corazón, tratando de mantener la calma.