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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1017

Capítulo 1017

Maximiliano observaba la interacción entre Asier y Elia, y se daba cuenta de que había problemas y conflictos importantes entre ellos.

Sin embargo, en la forma en que Asier miraba a Elia, Maximiliano veía una falta de control que nunca antes habia presenciado en los ojos de Asier.

Asier habia sido militar, era una persona equilibrada y de carácter frío, con un autocontrol impecable. Nada ni nadie podia sacarlo de sus casillas o hacerle perder la capacidad de juzgar con claridad.

Pero frente a Elia, perdia toda su compostura.

Rayan no decia nada, consciente de que era mejor no meterse en los asuntos de Asier.

La noche anterior, Asier le habia advertido con frialdad que si a Elia le pasaba algo, Rayan pagaria las consecuencias. ¿Acaso esa fria y severa advertencia no era suficiente para mantenerlo en línea?

No se atrevia a involucrarse más en lo que pasaba entre Asier y Elia. Asier estaba genuinamente comprometido con Elia, y si tenian un conflicto, probablemente no tendría el corazón para culpar a Elia, pero eso podría traer problemas para los demás.

Definitivamente no queria convertirse en blanco de disparos.

Esa noche, Rayan tampoco había bebido nada de alcohol, porque era el anfitrión de la fiesta y necesitaba mantenerse sobrio para garantizar el orden del evento.g2

“Asier, no te alteres, vamos a tomarnos otra copa. A las mujeres hay que mimarlas y consentirlas, asi se darán cuenta de tu valia,” dijo Maximiliano, tomando la iniciativa de llenar nuevamente las copas de ambos, intentando consolar a Asier.

El semblante de Asier estaba tenso, sus ojos oscuros y fríos. No dijo ni una palabra durante un buen rato.

Maximiliano levantó su copa hacia Asier y le dijo: “Hoy bebe en mi honor, no pienses en nada más.”

Maximiliano era un hombre respetado y Asier le debía dar su reconocimiento, en ese lugar, era un anciano venerado, un mentor y un amigo.

Asier levantó su copa y bebió con Maximiliano.

Liuva, al verlos beber nuevamente, sonrió satisfecha por dentro, cuanto más bebiera Asier, más efecto tendria el medicamento, y más fácil seria para ella cumplir su plan.

¡Perfecto!

Elia salió de la sala privada para atender la llamada y preguntó con preocupación: “Mama, ¿qué pasa?”

Esos dias, Rosalinda había estado sola en casa, y Elia, abrumada por las responsabilidades, no había podido acompañar a su madre tanto como a sus hijos

Pero su preocupación por su madre era constante, temia que ella se angustiara estando sola y que Gabriel cumpliera su palabra, provocando que el video comprometedor se filtrara y lastimara a Rosalinda

“Oh, nada, solo queria saber en que andas ultimamente, ¿por que no has venido a casa? la voz de Rosalinda

se escuchaba normal

Elia notó que su tono era normal y no había nada extraño, lo que la tranquilizo

“He estado en Villa Serenidad estos dias, acompañando a los niños Volvere mañana por la tarde, respondió Elia

“¿Y ahora donde estás?, ¿todavia estás en Villa Serenidad?” pregunto Rosalinda quien se sentia bastante sola “No, hoy tuve un asunto y estoy en el salón de banquetes del Hotel internacional de Rayan Asier

emborrachado y puede que después tenga que llevarlo a su habitación del hotel para que descanse,” le contó Elia sobre su situación de ese momento a su madre.

“El Hotel Internacional de Rayan, estoy cerca. Hoy encontré un trabajo como limpiadora y estuve familiarizándome con el área. Ahora pasaré a verte,” dijo Rosalinda.

“Pero mama…” Elia estaba a punto de decirle que no viniera, pero la llamada se cortó antes de que pudiera terminar.

Intentó llamar de nuevo, pero nadie contestó.

Elia frunció el ceño, su madre seguía con el mismo hábito, después de hacer una llamada, guardaba el celular en su bolso y no volvia a mirarlo.

Era aceptable que Rosalinda viniera; Elia regresaría a la sala privada para informar que se iria pronto, se encontraria con su madre y la llevaria a Villa Serenidad.

Elia volvió a la sala privada y descubrió que la botella de vino tinto que había llevado se la habian bebido enterita Asier y Maximiliano.

Asier se masajeaba las sienes, mostrando claros signos de haber bebido demasiado.

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