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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 1003

Capítulo 1003

Ramiro habia recibido una misión de sus superiores: alguien habia denunciado anónimamente que en el hotel de Monte Plano se escondian oscuros secretos. Un empleado del hotel llamado Alex estaba compinchado con un forastero llamado Gabriel, y juntos habían perjudicado a muchas mujeres,

Había una petición para que los periodistas expusieran al hotel y descubrieran la verdad.

La noche anterior, Ramiro se había infiltrado en el hotel haciéndose pasar por un huésped, con el verdadero objetivo de investigar.

Dado que cuando los vio por primera vez todavía no era el momento del incidente, era dificil encontrar

pruebas

Justo cuando Ramiro se encontró con Gabriel secuestrando a Elia y llevándola a una habitación, bajó rapidamente a la recepción y consiguió una tarjeta de acceso para irrumpir y salvar a Elia. Pero al entrar, solo encontró a Alex; Gabriel ya habia huido.

En esa ocasión, al principio, no había conseguido ninguna evidencia relevante, hasta que presenció el secuestro de Elia. No obstante, no podía publicar esa historia por el bien de la reputación de Elia.

Asi que ideò un plan para obtener una confesión del dueño del hotel, grabando su voz. Esa grabación se convertiria en la prueba más contundente.

Elia, con sus ojos llenos de gotas de lágrimas a punto de caer, recordó el intercambio entre Alex y Gabriel, habia reconocido en sus palabras el daño que habían infligido a tantas mujeres.

Al escuchar la explicación de Ramiro, que coincidia con la conversación que había oido entre Alex y Gabriel, Elia creyó en sus palabras y comenzó a respetar su profesión de periodista enfocado en problemas sociales.g2

Él podria exponer a esos desalmados y evitar que más inocentes sufrieran.

¿Cómo no respetar un acto tan justo y bondadoso?

“Gracias“, le dijo Elia sinceramente a Ramiro y añadió, “no solo por mi, sino también por todas aquellas a quienes no conozco“.

Ramiro sonrió y dijo: “Vamos a comer algo, necesitas energia para hacer todo lo que tienes planeado.”

Despues de esas palabras, Ramiro se levantó y se marchó.

Elia dejo de lado sus dudas sobre Ramiro y comenzó a confiar en él.

Era un buen amigo de Sergio y no le haria daño Además, su trabajo estaba destinado a ayudar a los mas necesitados, ¿cómo iba a tener malas intenciones?

Después de comer, Elia se dirigió al jardin de infantes.

Faltaban quince minutos para la salida

Ella esperó en la puerta, y esos minutos le parecieron eternos

Deseaba ver a Abel y pedirle que eliminara lo que Gabriel tenia en su poder

El tiempo pasaba lentamente hasta que finalmente el jardin de infantes dio el aviso de salida.

Los primeros en salir fueron los más pequeños, y Elia los observó mientras los padres recogían a sus hijos. Finalmente, llegó el turno de la clase de sus hijos

Desde lejos, vio a sus cuatro pequeños tirando de un trenecito, siguiendo a la maestra hacia la entrado

Al ver a sus pequeños, la sonrisa que habia estado conteniendo finalmente braté en su rostro

Se puso al frente de la fila, esperando recoger a sus hijos

Cuando la maestra llegó con los niños y llamó a Abel, Joel, Iria y Inés, Elia fue la primera a quien llamaron. La maestra, que la conocia por haber venido con Fabio en una ocasión anterior, les entregó a los niños con

confianza

“¡Mamá, traje la Tablet!” dijo Abel, corriendo hacia Elia con su mochilita y sus pasitos apresurados.

Abel habia pasado el dia pensando en cómo ayudar a su madre.

Elia tomó la mano de su hijo y dijo: “Vamos al parque, chicos“.

Los niños la siguieron felices, pero de repente, un vehículo negro, imponente y majestuoso, pasó frente a ellos.

Al ver ese coche, los pasos de Elia se detuvieron abruptamente.

El carro se detuvo al lado de Elia y los niños

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