Capítulo 888
Ignacio. ¿Crees que él todavia podria molestar cuando esa perra lo haya metido en la cárcel?”
Lorena, “Cariño, eres tan inteligente al pensar en una forma de ganar dinero como esta“.
Ignacio sonrie orgulloso, “La razón por la que guardo estos videos es para usarlos cuando sea el momento adecuado. Ahora no solo quiero vendérselos a Carla y Ernesto, quiero vendérselos al esposo de Carla“.
Lorena, Crees que él los comprará?”
Ignacio, “Carla nunca le contaria a su marido sobre sus antiguos escándalos. Voy a hacerle saber que su esposa tiene un pasado escandaloso, ¿qué hombre podria aceptarlo?
Si no lo cree, le diré que tengo el video, y si quiere ver el video para confirmar, entonces debe pagarlo. No sólo ganaré una gran cantidad de dinero, sino que también arruinaré el matrimonio de Carla
Lorena, “Si, no puedo soportar ver a Carla viviendo tan bien. Me enfurece ver a la gente tratarla tan bien.”
“De verdad tienen los videos?”
Una voz sombría resonó de repente detrás de ellos, seguida por la aparición de un hombre alto y fuerte.
El brillo del sol poniente brillaba sobre él, pero aún le daba a la gente una sensación sombría, especialmente la cicatriz de ciempiés en su rostro, que se veia aterradora.
Ignacio y Lorena retrocedieron asustados, “Qué quieres?”
Spartak. Tienen los videos o no?”
Ignacio. “Por supuesto que si. Si los quieres, trae dinero.”
Spartak, Cuánto?”
Al ver que preguntaba tan directamente, Ignacio dijo: “Veinte mil dólares!”
Esto era mucho dinero para ellos, y sintió que este hombre definitivamente no podria pagar una cantidad tan grande de dinero, e incluso si pudiera, es posible que no este dispuesto a dárselo.
Estaba dispuesto a negociar, pero el precio no podia ser menos de cinco mil dólares.
Ignacio no esperaba que Spartak no dudara en responder, ‘Primero me llevas a buscar los videos, una vez que los tenga, te daré el dinero.”
Ignacio, ¿Estás bromeando? Si te llevo primero a buscar los videos y luego no me das el dinero, no puedo enfrentarte. ¿Qué se supone que haga?” Spartak sacó su teléfono, “Dame tu número de cuenta bancaria, te transferiré veinte mil dólares ahora mismo.”
Veinte mil dólares!
Este hombre iba a hacer la transferencia directamente.
O sea, para él veinte mil dólares no era nada.
Ignacio pensó rápidamente y tuvo una nueva idea, “Los veinte mil dólares son sólo un adelanto, si quieres todos los videos, necesitarás al menos esta cantidad.”
Extendió su mano y levantó el dedo indice, “Cien mil dólares!”
Cien mil dólares, para ellos, era una fortuna. Cuando dijo eso, tanto Lorega como él, sintieron que sus corazones latian aceleradamente.