Capítulo 874
Carla no respondió, pero Enzo sabia que ella habia escuchado lo que él habia dicho.
Después de hablar, se fue de la habitación de la abuela Lidia, incluso tuvo el detalle de cerrar la puerta para Carla.
Al salir, vio a Irene y a Manuel escuchando a escondidas detrás de la puerta. En algunas cosas, eran muy parecidos a Carla: “Vayan a esperar en la sala, dejen de escuchar a escondidas”
Irene dijo: “Carlita está sola alli adentro, nos preocupa.”
Enzo respondió. “Confien en ella”
Irene y Manuel querian quedarse en la puerta, pero al ver la confianza de Enzo, no tuvieron más remedio que seguirlo a la sala.
Después de que Enzo se fue, Carla se acercó a la cama de la abuela Lidia y tomó su mano con cuidado: “Abuela…”
Cuando llamó a su abuela, no pudo evitar llorar, su corazón dolia como si hubiera sido vaciado, lo que hacia que respirar fuera difícil.
Pasó un rato para calmar sus emociones antes de poder continuar hablando: “Abuela, hace mucho tiempo que no tenemos una buena conversación. Hoy te acompañaré a hablar.”
La mano de la abuela Lidia ya estaba fria y rigida, pero Carla aún la sostenia contra su cara: “Abuela, ¿me estás regañando por no tener hijos como querías?”
“Abuela, ya estoy tratando de quedar embarazada. Si pudieras despertar, en unos meses podrias ver a mi bebé.”
Pero no importaba lo que Carla dijera, la abuela Lidia no respondía…
Carla sabia que su abuela ya no podia responderle, pero todavia esperaba un milagro, esperaba que la abuela Lidia volviera a la vida
Ella esperó, esperó mucho tiempo, pero no vino el milagro que deseaba.
En la habitación, solo estaba su voz: “Abuela, realmente me dejaste? ¿Sabes cuánto significas para mi? Tienes que saberlo, tienes que saber cuánto significas para mi, pero aun asi me dejaste.”
“Abuela, recuerdas lo que me dijiste cuando tenia dieciocho años? Me dijiste que si trabajaba duro para ingresar a una buena universidad, cumplirías un deseo mio.
“Luego trabajé duro para entrar a la Universidad de Puerto Mussani, me preguntaste qué queria, dije que queria que siempre estuvieras conmigo. Sonreiste y accediste, dijiste que siempre estarias conmigo, que estarias conmigo cuando me casara, cuando tuviera hijos, cuando me convirtiera en una abuela…”
Al recordar eso, una sonrisa feliz se dibujó inconscientemente en el rostro de Carla. Esos eventos parecían haber ocurrido recientemente, se sentian tan reales.
“También en aquellos años de mi infancia, siempre me hacías pedir un deseo, siempre pedia que estuvieras conmigo eternamente, que nunca me dejaras. Cuando me preguntabas que deseaba, nunca te decia la verdad, porque escuché que si decia mi deseo, no se cumpliria.”
‘Si hubiera sabido que no se cumpliria aunque no lo dijera, te lo habria dicho, para que supieras cuánto significas para mi. Abuela, puedo renunciar a todo, solo si puedes despertar y estar conmigo”
Si fuera posible, Carla estaría dispuesta a intercambiar todo lo que tenía en ese entonces para recuperar la vida de su abuela. Pero sabía muy bien que nada en el mundo podria devolverle la vida a su abuela.
Cuanto más clara era aquella realidad, más dolorosa se volvia.
Tenía que luchar para contener el dolor de su corazón, para poder seguir hablando con su abuela. “Abuela, sé que siempre te has sentido culpable por haber sido engañada, sientes que no me protegiste, y que eso llevó a que me quedara sin hogar.”