Capítulo 729
En camino a casa, Enzo seguia conduciendo, y Carla estaba sentada en el asiento del copiloto.
“Director Farré, hoy Manuel te invitó a nuestra casa para su fiesta de cumpleaños, principalmente para conocerte. Si hace algo excesivo, espero que lo entiendas. Yo me encargaré de él.”
“¿Crees que soy alguien que se toma todo a pecho?”
“No, solo que…”
Antes de que pudiera terminar la frase, Enzo tomó su mano con la suya, “Hablar así me hace sentir como si ustedes fueran una familia y yo un extraño.”
“Son amigos con los que crecí desde pequeña, me han acompañado durante más de veinte años, apenas nos conocemos, seguro necesitamos tiempo para adaptarnos. Con el tiempo, te convertirás en la persona más cercana a mí.”
Esa respuesta lo dejo más o menos satisfecho, pero no tenía intenciones de dejarla ir tan fácilmente, “Recuerdo que alguien dijo una vez que el orden y la longitud del tiempo no tiene nada que ver con los sentimientos.”
Carla sabia que ella había dicho eso, pero no queria admitirlo, “¿Quién lo dijo?”
“¿Quién crees que lo dijo?”
“¿Yo? ¿Cuándo he dicho algo así? ¿Cómo es que no lo recuerdo?”
Enzo le picó la nariz con el dedo, “¡Eres una tramposa!”
“¡Tú eres el tramposo! ¡Toda tu familia son unos tramposos!” Dijo la joven. Luego se dio cuenta de que se había insultado a sí misma y corrigió rápidamente, “Excepto tu esposa.”
“¿Por qué mi esposa está exenta?”
“¡Porque tu esposa es una mujer hermosa y amable!”
“No tienes vergüenza al alabarte a ti misma.”
“¿No estás de acuerdo?”
“Estoy de acuerdo.”
“Eso es correcto.”
El hombre sonrió y no dijo nada más.
Ella se giró ligeramente para mirarlo mientras conducía con una mano, se veía muy elegante y seguro de sí mismo, un hombre asi definitivamente era muy atractivo.
Muchas chicas gustaban de él, había vivido más de veinte años, ¿realmente no había tenido sentimientos por ninguna?
Ella queria saber, “Director Farré, ¿puedo hacerte una pregunta?”
Enzo asintió.
“¿Tienes alguna chica que te guste? No me refiero a ahora, me refiero a antes, como en la adolescencia, o en la universidad.”
La miró de reojo y respondió de manera evasiva, “¿Quieres que diga que sí o que no?”
“Si la hay, di que la hay, si no la hay, di que no la hay. No te preocupes por responder, no me importa. Solo me pregunto, con tantas chicas que te gustan, ¿realmente no has tenido sentimientos por ninguna?”
“La chica que me gusta puede que no me guste a mí.”
Al oir esto, los ojos de Carla se iluminaron, “Director Farré, ¿puedes decirme quién es esa chica? Realmente quiero saber quién es. ¿Dónde está ahora? ¿Por qué no están juntos?”
Pensaba que la chica que le gustaba a Enzo debía ser especial.
No preguntaba por celos, sino por curiosidad. Enzo lo entendió, “¿No estás celosa en absoluto?”
“¿Por qué debería estar celosa de ella? No importa cuánto te gustara antes, ahora eres mi esposo, si alguien intenta arrebatarte de mi lado, tendríamos que seguir un proceso legal. No estoy preocupada en absoluto.”
Esa confianza y serenidad era lo que más admiraba Enzo, sonrió y le revolvió el cabello suavemente, “La mujer que me gusta es mi esposa, y solo puede ser mi esposa.“/
No esperaba que la respuesta final fuera ella, se sintió confundida por un momento y comenzó a tartamudear: “¿Te gusto?”
“Sí, me gustas.”
“Pero…” Dijo la joven.