Capítulo 496
Los padres no deberian haberle metido esas ideas a su hija desde pequeña. Carla ya habla notado que los sentimientos de Cici hacia Enzo eran un poco raros. Un hombre que nunca le sonrie a una chica, ni siquiera recuerda cómo es su cara, a menos que le guste sufric¿cómo podria seguir diciendo que quiere casarse con el todos los dias? Resulta que el problema estaba en la familia de Cic
Carla pensó un poco y luego dijo: [Cici, tú misma dijiste que eso era de cuando eras pequeña, ahora ya eres mayor, ya puedes pensar por ti misma. Olvida lo que te dijeron tus padres, olvida a Enzo y vive tu vidal
Cici respondió con una sonrisa amarga: Carla, no es que no quiera, es que no puedo
Carla: ¿Hay algo que te cuesta decir?]
Cici: [No. Bueno, ya no te molesto más, ve a dormir
Carla tampoco preguntó más: Está bien, tú también descansa]
Después de terminar la conversación, Cici miro fjamente los mensajes que Carla habla enviado. Claro que entendia todo eso, pero no podia cambiar nada. Mirando los largos mensajes, se quedó en silencio, su visión se volvia cada vez más borrosa.
No sabla cuánto tiempo había pasado cuando la pantalla de su teléfono volvió a iluminarse. Al ver que era un número desconocido que la Hamaba, Cici preguntó: “Hola! ¿Quién es?“.
En el teléfono, una voz masculina agradable pero peligrosa dijo: “Te doy una oportunidad para estar con Enzo, ¿la quieres?”.
“Si, la quiero!“. Sin pensarlo, Cici respondió, luego comenzó a pensar en otras cosas: “¿Quién eres tú? ¿Cómo sabes lo que quiero hacer?“.
La voz en el otro extremo del teléfono respondió solemnemente: “Mauro
El nombre “Mauro, nadie nacido en la familia Gutiérrez podria no haberlo oido.
Era el rey de la Ciudad Capital, controlaba el destino de muchas personas, era un talento empresarial tan joven e influyente como Enzo. Cicino entendía por que Mauro estaria dispuesto a ayudarla: “Sr. Pinales, ¿por qué quieres ayudarme a estar con Enzo?“.
Mauro no respondió a su pregunta, simplemente dijo friamente: “Sillegas al Club de Ribera en la Avenida del Ceste en 20 minutos, Enzo será tuyo esta noche. Si no vienes, tendré que dárselo a otra mujer“.
“No, no puedes ¡Voy ahora mismo, llegare en 20 minutos!“. Cici se fue rapidamente sin siquiera confirmar si Enzo estaba o no en ese lugar. Tomó el auto de su casa y se dirigió directamente a ese lugar. Nunca habia oido hablar del Club de Ribera, pensó que era solo un lugar pequeño y poco conocido.
Al llegar al Club de Ribera y ver las instalaciones de lujo en su interior se dio cuenta de que ese tipo de lugares probablemente ni siquiera la familla Gutiérrez tenia el privilegio de ser membra.
Habia alguien esperandola en la entrada que la llevó directamente adentro, había todo tipo de edificios, puentes y arroyos dentro del lugar, parecía un paraiso
Puerto Mussani era una gran ciudad internacional con precios altos de terreno. Tener un club de miles de metros cuadrados aquí, el dueño del club debla de tener un estatus extraordinario.
Cici fue llevada a un ático donde un hombre vestido completamente de negro y con un rostro sombrio estaba sentado. El hombre tenia un cigarrillo en la mano, lo fumaba sin parar, Cuando terminó se volvió para mirarla, parecia que la estaba observando, pero tambien habia un toque de desden: “¿Asi que tú eres Cici?“.
Cici asintió y pregunta: “¿Es usted, Sr. Pinales?“.