Capítulo 446
Eran las diez de la noche en Mussani, pero aún era la tar de en el pais S.
En un dia soleado, Sira Martinez se recostaba en su mecedora, disfrutando del sol primaveral,
Alberto llegó apresurado, pasándole una tablet a Sira, “Señora, mire.”
Sira no abrió los ojos, “Ya lo sé.”
Alberto hizo una pausa antes de preguntar, “¿Acaso Enzo planea hacer pública su relación con Carla?”
Sira soltó una risa fria, “Sabe cuánta gente le sigue de cerca y cuántos peligros se esconden a su alrededor. No revelará a esa mujer hasta que se deshaga de todos sus problemas. A menos que quiera ponerla en peligro.
Alberto no creia que Enzo protegeria a Carla, “Es tan despiadado, ¿Cómo va a importarle una mujer que conoció en una cita a ciegas?”
Sira replicó. “¿Crees que no le importa esa mujer?”
Alberto analizó, “Creo que no te deja tocarla porque ocupa el lugar que le corresponde a su esposa. Sabes que no puedes tocar nada suyo.”
Sira dudaba, “¿Crees que realmente no le importa esa mujer? No lo creo.”
Alberto preguntó, “¿Qué descubriste en la ciudad P?”
Sira respondid, “Fui a la ciudad P para ver cuánto le importaba esa mujer a Enzo. Cuanto más le importe, mejor para nosotros. Pero no estuve alli mucho tiempo, no pude saber cuanto le preocupaba.”
Alberto preguntó, “Entonces, ¿no podemos hacer nada por ahora?”
Sira solto una risa fria, “Los Farré son pacientes. Así que tampoco tengo prisa.”
Alberto dijo, “Entiendo que debo hacer.”
“Adelante.” Sira miró a Alberto mientras se alejaba, abriendo lentamente los ojos para mirar al cielo azul.
Las fotos de los esposos Farré circulaban por la web y entre los curiosos. Los empleados de Hércules Construcción Co. también estaban igual de intrigados.
Al día siguiente, Carla llegó temprano a la empresa, habiendo recuperado su ánimo.
Cuando llegó, los trabajadores de la secretaria del director empezaron a llegar. Todos comentaban sobre el Director Farré y su esposa.
Al ver a Carla en la sala de descanso, todos querian incluirla en la conversación.
Como Yolanda Escotet, la secretaria, era amiga de Carla, le pidieron que hablar con ella, “Carla, ¿sabias que el Director Farré y su esposa fueron fotografiados anoche?”
La reacción de sus colegas hizo que Carla se diera cuenta de que su preocupación había sido en vano. Enzo no la habia convertido en el blanco de los chismes.
Sonriendo, dijo, “¿Cómo no iba a saber algo tan importante?”
Yolanda añadió. “La espalda de la esposa del director se parece mucho a la tuya. Si no fuera porque siempre te recoges el pelo en un moño, y nunca lo llevas suelto, juraria que la chica en la foto eres tú.”
Carla, sintiéndose insegura, se giró para mirar a su alrededor, “No puedes decir eso delante de nadie más, si el Director Farré lo oye, no será bueno para ninguna de las dos.”