Capítulo 397
Carla dio Exacto, no tienes que preocuparte“.
Azula ya no queria hablar de Mauro, ni queria estar molesta por él: “Carla, ¿cómo están tú y tu marido ahora?”
Carla respondió. Estamos bien“.
“Espera un momento, tengo algo que darte“. Azula se apresuró a subir las escaleras, bajó con una caja de caoba en su mano, “Carla, esto es para ti
Carla tomó la caja: ¿Qué es esto?”
Azula dijo: “Abrelo y verás.
Carta abrió la caja y adentro estaba un collar de rubí con el tamaño de un pulgar.
Como asistente de Enzo, Carla tiene una buena habilidad para identificar piedras preciosas. Al ver la textura y los patrones de este rubí, supo de inmediato que era una gema valiosa.
wwwwwwwwww
Carla no se atrevía a aceptar un regalo tan valioso: “Azula, no deberías darme un regalo tan caro“,
Este era un regalo que Azula había preparado especialmente para Carla, tal vez nunca volvería a creer en el amor en su vida, pero aún esperaba que Carla pudiera ser feliz, “Carla, este rubí no es caro, te lo doy, esperando que tú y tu esposo sean felices para siempre.
Carla, al ver la sinceridad de Azula, ya no lo rechazó “racias”
Azula dijo: “¿Quieres que te lo ponga?”
Carla respondió: “Si“.
El cuello de Carla era fino, el rubi se veía como si hubiera sido hecho a medida para ella.
Azula la miró con cierto ensimismamiento: “Carla, eres realmente hermosa“.
Carla dijo: “es por hermosa joya que me diste“.
Azula respondió: “Eres hermosa tal como eres“.
Carla rio y dijo: “Está bien, soy más bella que la joya“.
Azula también rio: “Por supuesto“.
Al ver a Azula tan relajada aquí, Carla estaba feliz. Pero pensando que Mauro podría estar cerca y podría interrumpir la tranquila vida de Azula en cualquier momento, Carla comenzó a preocuparse de nuevo.
Ella abrazó a Azula: “Azula, somos amigas, ¿verdad?”
Azula respondió: “Por supuesto“.
Carla dijo: “Entonces, donde sea que vayas en el futuro, debes decirmelo, no puedes irte a escondidas, ¿entiendes?”
Azula prometió: “Te lo prometo“.
Carla todavía no estaba segura, le dio a Azula una tarjeta de banco que habla preparado: “Toma esta tarjeta, hay cien mil en ella, úsalo si lo necesitas, si no lo necesitas, guárdalo por mí“.
Azula preguntó: “Carla, ¿qué quieres decir? ¿Solo porque te di un collar, me das cien mil?”
Carla respondió: “Es mi propio ahorro, no quiero que mi esposo se entere, así que guárdalo por mí“.
Carla tenía que pagar su préstamo, remodelar su casa, además tenía que pagar el tratamiento médico de su abuela, así que no había mucho dinero en su tarjeta de banco. Los cien mil era para que Azula lo usara en caso de emergencia.
Si un día Mauro perdía la paciencia y quería llevarse a Azula a la fuerza, Azula, que no contaría los preparativos necesarios, le seria demasiado dificil poder escaparse de nuevo. Carla tenía que preparar una via de escape, un plan B para ella.
Azula pareció entender la intención de Carla, “Está bien, lo guardaré por ti“.
Las dos se vieron una a la otra y sonrieron, entendiendo lo que la otra quería decir.
A la mañana siguiente, Carla acompañó a Azula a visitar la granja.
El tamaño de la granja superó las expectativas de Carla.
No había terminado de visitar cuando recibió un mensaje de Mariano Puig diciendo que habla asuntos importantes en la empresa que necesitaban ser atendidos. Tuvo que comprar su tiquete de en la misma mañana de vuelta a la ciudad P
Azula no podía dejar la granja abandonada, asi que arreglo con el conductor que habla recogido a Carta la noche anterior para que la llevara al aeropuerto.
Observé a Carla irse, hasta que Carla salió de su vista, luego retiró su mirada con renuencia