Capítulo 30
Enzo dijo: ‘El ambiente aqui es duro, planeo quedarme un poco más de tiempo. Si no puedes soportar el clima, le pediré a Spartak que te lleve a casa primero“.
Carla respondió: “No hay problema, puedo manejar estas dificultades“.
Enzo nuevamente pronunció su nombre con una gravedad en su voz: “Carla…”
Carla preguntó¿Digame?”
Enzo le dijo: “Si algo como lo de hoy vuelve a suceder, debes protegerte primero, a tr
Carla se quedó calada.
No queria hacerlo, simplemente reacciond instintivamente en ese momento.
Quizás, por trabajar siempre bajo su liderazgo, considerata primera sus sentimientos antes de hacer algo.
Después de un momento de silencio, Enzo volvió a hablar: “Tu marido sabe que estás herida?”
Carla negó con la cabeza: “No le he dicho nada“.
Enzo no entendia: “¿Por qué? Deberia saberlo“.
Carla explico: “No quiero preocuparlo
Enza entendió, era una incomodidad emocional
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El pensó que si su esposa no le hubiera engañado y mantuvieran una relación normal de pareja, si ella estuviera herida y no se lo djem. seguramente estaria molesto y muy preocupado por ella.
Enzo miró a la Dra. Elisa, quien aún estaba ocupada. Decidió seguir distrayendo a Carla para que no sintiera tanto dolor: “Tengo un poco de hambre, ¿comemos algo luego de que te termine de curar?“,
Carla, que no había cenado bien, se sintió aún más hambrienta all cirlo, y dijo “Está bien“.
Enzo inmediatamente hizo una llamada para que el chef preparara la cena.
La Dra. Elsa habla terminada de tratar la herida de Cara “La hemorragia ha parado y la herida ha sido vendada otra vez. Justo en ese momento, el camarera trajo la cena. Ella sabia cuando retirarse. “No tengo hambre, ustedes coman. Voy a lavarme“,
La Dra. Elisa se fue y solo quedaron Carla y Enzo en la habitación. Como Carla no podia mover su mano izquierda, Enzo le sirvió el plata de sopa.
Carla se sintió un poco avergonzada: “Director Farré, puedo mover mi mano derecha, déjeme hacerlo“.
Enzo respondió “No te preocupes. No me gusta deberte favores
Como él insistió, Carla dejó de rechazar sus atenciones y solo los disfrutó
Ella ya habia estado comiendo bien y Enzo aún no habia probado bocado: “Director Farré, ¿no dijiste que tenias hambre? ¿Por qué no comes?“.
Enzo respondió. “De repente, ya no tengo hambre.
Carla pensó en algo y lo preguntó directamente: “¿Acaso viniste especialmente a cuidarme?”
Enzo sonrió: “¿No termes que tu marido se ponga celoso?“.
Carla respondió. “Precisamente porque temo que se ponga celos, quiero aclararlo.
Enzo le pregunto: “¿Amas mucho a tu esposo?“.
Pensó en la noche cuando su marido vino a recogerla, su dulce sonrisa y su vor suave, y sirvió algo pesado en su corazón.
Carla le sonrid: “Si, lo amo mucho“.
¿Cómo podría decir lo amo mucho si ni siquiera recordaba cómo se ve su mando?
Sin embargo, nofenia intención de explicársela.
“Me voy, descansa temprano. Enzo se puso de pie y se llevó el carrito de la cena con él.
Se fue al balcón y encendió un cigarrillo, dio unas profundas caladas, pero no podia entender de dónde venian sus inquietudes cuando estaba con ella
Carla nunca sabría que la noche en que Eloisa la acosó, la luz de la habitación de Enzo estuvo encendida toda la noche, y la Dra. Elisa en la habitación contigua tampoco pudo dormir.