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Boda Relampago: El Lazo Inesperado Capítulo 228

Capítulo 228

Esta chiquita si que sabe guardar rencor, solo bromeé diciendo que era una tontita y ya se

enfado.

Él se echó a reir y preguntó, “Si no es tontita, ¿cómo debería llamarte? ¿Chiquita lista?”

Carla, “……”

Enzo continuó, “Eres muy inteligente, también debes creer en tus habilidades. En Hércules Construcción Co. no nos gusta tener a vagos, has llegado a donde estás ahora por tu propio esfuerzo, eso demuestra lo excelente que eres. No te menosprecies por lo que alguien, incluido yo, pueda decir. ¿Entendido?”

“Lo entiendo.” Él tenia razón, si no creyera en sus habilidades, no tendría el valor de plantear estas cuestiones.

Sin embargo, su respuesta la tomó por sorpresa, nunca escatimaba en elogios hacia sus subordinados. Reconocer las habilidades de sus subordinados es algo que solo un verdadero lider capaz puede hacer.

Esto es totalmente diferente a algunos lideres de otras empresas, que pasan el dia despreciando a sus subordinados, diciendo que si se van de su empresa, nadie los va a

querer.

Después de más de media hora de viaje, llegaron al restaurante.

Justo en el estacionamiento subterráneo del restaurante, se encontraron con un conocido, Leonardo.

Leonardo estaba acompañado de una mujer con mucho maquillaje, era tan cargado que no se podía adivinar su verdadera edad.

Al verlos juntos a esta hora cenando, la curiosidad de Leonardo se disparó, “Enzo, Carla, ustedes dos…”

La mujer a su lado se le quedó viendo a Enzo con los ojos bien abiertos cuando lo vio, “Sr. Masaveu, ¿podría presentarme a su amigo?”

Leonardo le pellizcó la mejilla, “Cariño, él no es alguien a quien puedas conocer, no sueñes despierta.”

La mujer hizo un puchero y pisoteó el suelo, “Solo quería conocer un poco más a tus amigos.”

Leonardo dijo sin piedad, “Ya te has pegado a mí, ¿y todavia quieres conocer a mis amigos? Puedes irte, tengo a algulen con quien cenar esta noche, no necesito que me acompañes.”

Cuando la mujer intentó acercarse, Leonardo la empujó, ‘Te dije que te fueras, ¿no me

oyes?”

La mujer vio que estaba hablando en serio, aunque no quería irse, tuvo que hacerlo, mirando a Enzo un par de veces antes de irse.

Una vez que la mujer se fue, Leonardo ya no tuvo pelos en la lengua, “Enzo, Carla, ¿ustedes dos están saliendo a escondidas de sus respectivas parejas?”

Carla soltó una risa, “Sr. Masaveu, no todos somos como tú, ¿verdad? Cambias de mujer todos los dias, ¿esperas que todos hagan lo mismo?”

Leonardo no creía que la relación entre ellos fuera tan superficial y continuó preguntando, “Si se atreven a salir juntos, ¿no puedo decirlo?”

Enzo lo miró friamente, “¿Quieres poder seguir saliendo de tu casa?”

Lo que más impresiona de Enzo es que con una sola frase pone a todos en su lugar.

Leonardo inmediatamente cambió su actitud burlona, “Solo estaba bromeando, no lo

tomen en serio.”

“Es una broma si ambos se divierten, lo que estás haciendo es faltarle el respeto a los demás. Los cuatro acordamos cenar juntos, no puedes asumir que ellos dos tienen algo sospechoso solo porque los viste primero.”

Irene llegó un poco más tar de, apenas bajó del auto escuchó a Leonardo bromeando con Carla. Por lo general, puede ser un poco descuidada, pero cuando Carla es intimidada, ella no tiene pelos en la lengua.

Leonardo preguntó, “¿De dónde apareció esta pequeña?”

Irene respondió, “Si me vuelves a llamar pequeña, te vas a arrepentir.“

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