Capítulo 1739
Capítulo 1739
Azula asintió con un gesto de cabeza.
“Levántate y arréglate“, dijo Mauro con una voz suave pero firme. “Ponte guapa para que esa familia se quede con la boca abierta al verte.”
“Claro,” respondió Azula, saltando de la cama y echando un vistazo a su celular. “¡Ay, ya son las once!”
Era increíble, se había quedado dormida hasta las once de la mañana.
Su noche siempre había sido irregular.
Pero esa vez, había dormido hasta tan tarde, lo cual era sorprendente.
“No te preocupes, apenas son las once, todavía es temprano. Que esperen un poco más,” dijo Mauro con calma.
Aunque Azula también quería poner en su lugar a los miembros de la familia Mandes para que no se atrevieran a mostrarles a ella y a su hermana como antes, sabía que todavía no tenía el poder para enfrentarse a ellos abiertamente.
Azula se arregló con rapidez y salió con Mauro.g2
Lo que jamás imaginó fue que los miembros de la familia Mandes llevaban esperándolos en el lobby del hotel desde hacía horas.
Y el que había venido era su tío Nil, el mismo que siempre la había despreciado, tratándola como si no valiera
nada.
Al ver a Mauro, Nil se acercó como si fuera un cachorro buscando cariño. “¡Maurito! ¿Por qué no nos avisaste antes que regresarías a Mar Azul con Azulita? Tenemos espacio de sobra en casa, no había necesidad de que se hospedaran en un hotel.”
“Azulita“, ahora sí que sonaba cariñoso.
Antes, las palabras de Nil hacia Azula eran siempre insultos y desprecios.
Azula sabía perfectamente por qué había cambiado de actitud. Aunque sentía repugnancia por dentro, le saludó con educación, “Hola, tío Nil.”
Nil asintió, mostrándole una cara amable a Azula por primera vez en mucho tiempo. “Azulita, ¿cómo te ha ido en la Ciudad Capital estos meses? Siempre supe que Maurito te trata bien, pero ahora que te veo, parece que no es una exageración.”
Resulta que Mauro había avisado a la familia Mandes desde las ocho de la mañana que acompañaría a Azula a su regreso a la ciudad.
Al recibir la noticia, Nil decidió ir personalmente al hotel para recibirlos.
Había llegado antes de las nueve y había estado esperando en el lobby por casi tres horas, ya impaciente, pero debido a la presencia de Mauro, había tenido que seguir esperando.
“Gracias por la preocupación, estamos bien,” dijo Azula.
Mauro miró a Nil y, tomando a Azula de la mano, dijo, “No era necesario que viniesen a buscarnos, Azula y yo podemos ir por nuestra cuenta a la casa de la familia Mandes.”
Rechazó la oferta del coche de Nil, dejando en claro que no quería su “hospitalidad“.
Nil no se atrevía a hacerle nada a Mauro, pero pensaba que podía manejar a Azula a su antojo. “Azulita, si regresas así, sin subirte a mi coche, va a ser difícil explicarlo en casa. Especialmente a Esme, que ha estado esperando que te lleve de vuelta.”
En la superficie, se mostraba preocupado, pero en realidad estaba amenazándola.
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Capitulo 1/39
Azula lo entendía todo; en la Ciudad Capital podía librarse del control de la familia Mandes, pero Esmeralda seguía alli.
Si Azula se revelaba, Esmeralda sería quien sufriera las consecuencias.
No se podía arriesgar, pero tampoco quería que Mauro se sintiera incómodo por ella. Estaba en un dilema.
Mauro notó su preocupación en su mirada. “No te preocupes, ya no se atreverán a hacerle nada a tu hermana le aseguró.
“Pero…“, comenzó Azula.
Mauro apretó su mano con más fuerza y añadió, “Antes, se atrevían a quitarle el celular a Esmeralda y evitar que se comunicara contigo porque temían que te negaras a seguir sus planes y uninte a la familia Pinales. Querían usar a Esmeralda para controlarte.
Pero ahora todo es diferente. Al ver lo bien que te trato y lo mucho que te protejo, ahora estarán más que felices de permitirle a tu hermana que se comunique contigo todos los días.