Switch Mode

Boda Relampago: El Lazo Inesperado Capítulo 1736

Capítulo 1736

Azula se sonrojó por cómo la había hecho sentir debido a sus acciones.

Rosalía soltó una risa dulce, diciendo: “Azula, Maurito tiene razón, en tu propía casa debes comer lo que te plazca, sin tantas formalidades.”

Azula respondió con un simple, “Sí.”

Rosalía miró a Mauro, y después de un intercambio de miradas entre madre e hijo, añadió, “Le pediré a la empleada que prepare una habitación, ¿por qué no se quedan esta noche aquí y me hacen compañía?”

Mauro asintió, “Claro.”

Azula había comprado un boleto de avión para regresar a Mar Azul a las doce de la noche. Después de cenar debía dirigirse rápidamente al aeropuerto y no podría quedarse a dormir, pero no sabía cómo rechazar la amable oferta de Rosalía.

Mientras ella dudaba, Mauro intervino para sacarla del apuro, “Mamá, tengo cosas que hacer esta noche, así que después de comer llevaré a Azula de vuelta a la universidad.”

Rosalía frunció el ceño, “¿Qué tienes que hacer?”

Si hace un momento él había sugerido que Azula se quedara a dormir, ¿cómo podía tener cosas que hacer en este momento?g2

¿Qué estaría tramando ese muchacho?

Mauro dijo con un tono misterioso, “Asuntos importantes de la vida.”

Rosalía soltó un resoplido, “Ay, eres un caso perdido.”

Terminada la cena, Mauro no perdió un minuto. Dijo que llevaría a Azula a la universidad, pero apenas salieron del área residencial, preguntó, “¿Ciertamente no te apetece estar con nosotros?“,

Azula, sorprendida, se apresuró a explicar, “Tengo cosas que hacer, no es que no quiera estar con ustedes.”

Mauro preguntó, “¿Qué cosas?”

Mauro estaba claramente molesto y no volvió a preguntar.

Azula agregó, “¡Gracias por ayudarme antes!”

Mauro gruñó con desdén, “Hm…”

Esa pequeña desagradecida, al menos reconocía que él la había ayudado.

Pronto llegaron a la universidad, y después de que Azula bajó del coche, Mauro piso el acelerador y se fue.

Azula suspiró y fue a su dormitorio a recoger algunas cosas antes de tomar un taxi al aeropuerto.

Debido a la cena había retrasado un poco su que llegó al aeropuerto justo a tiempo para su vuelo.

Después de pasar por seguridad, abordó el avión directamente.

Tras dos horas de vuelo, llegó a Mar Azul ya pasadas las dos de la madrugada.

El invierno en Mar Azul no era tan frío como en la Ciudad Capital, pero la humedad hacía que el frío calara hasta los huesos. Azula se abrazó a su abrigo de plumas instintivamente.

Inesperadamente, una mano grande se apoderó del asa de su maleta.

Azula se sobresaltó y estaba a punto de gritar por ayuda cuando reconoció al hombre de esa mano, era Mauro, “¿Qué haces aquí?”

Mauro replicó con otra pregunta, “¿Extrañas a tu hermana?”

Capítulo 1736

Azula asintió, “¿Eh?”

Mauro dijo, “¿Estás segura de que podrás verla si regresas sola y en secreto?”

Azula respondió, “Hemos acordado una hora. En estos días, los miembros de la familia Mandes no notará su

ausencia.”

Mauro replicó, “Quizás antes no, pero ahora no estoy tan seguro.”

Azula preguntó, “¿Por qué?”

Mauro explicó, “Por ti.”

Aunque no quisiera admitirlo, ahora ella llevaba el título de prometida de Mauro, y Esmeralda era la persona que más le importaba. Si la–familia Mandes quería controlarla, Esmeralda sería su mejor herramienta.

Azula comenzó a entender y le agradeció con cierta comprensión, “¡Gracias, Mauro!”

Mauro se ajustó el abrigo, “¡Qué frío! Encontremos un lugar donde quedarnos y mañana avisamos a tu familia que regresaremos.”

Azula dijo, “Ya reservé un hotel.”

Mauro, arrastrando su maleta, dijo, “Entonces, llamemos un taxi rápido.”

Azula, con timidez, admitió, “El hotel que reservé es muy barato. Seguro que no estás acostumbrado a algo así. ¿Qué tal si reservo otro mejor para ti?”

Comment

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Options

not work with dark mode
Reset