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Boda Relampago: El Lazo Inesperado Capítulo 1721

Capitulo 1721

Mateo zoltó sana riuta con sarcasmo, “Azula, no te hagasta banta, aigu todos sabemos par

Azula funcio el ceria, Vo munca he pretendido ser das heta que los damda”

Mauro se concentra en mencisi sia darte más importancia al asunto

Despues de cambiar de coche en un punto intermedio, finalmente llegaron a la residencia de Rosalla tras uns minutos más de

viaje.

Rosalia vivia en una urbanización más moderna que ta antiqua mansión de la familia Finales, rodeada de vegetación y con un alte fresco, aunque carecia del encanto histórico

Era la primera vez que Azula visitaba el lugar, “Es la primera vez que voy a ver a tu madre, deberia comprar algo para eita?

Mauro se encogió de hombres, “No vas a ser realmente su nuera, no es necesario que trates de impresionaria “e2

Azula insistió. Is cuestión de cortesia básica”

Mauro la miró fijamente, “Nunca has oldo decir que a veces es necesario ponerse un poco foco? No siempre debes someterte Te darás cuenta que el mundo puede ser un lugar mucho más agradable.”

Azula sonrio, “Gracias por el consejo, lo tendré en cuenta”

Mauro fue el primero en salir del coche, y con un gesto caballeroso, le abrió la puerta a Azula, “Probablemente Aitana esté en casa, no hagas caso a lo que diga”

Azula reflexionó un instante, “Ella es la persona de la que hablabas con tu abuelo?”

Mauro suspiró, “Como dice el refrán la curiosidad mató al gato‘. Hay cosas que es mejor no saber”

Azula le miró preocupada, “Mauro…”

El la interrumpió, “¿Qué más quieres decir?”

Azula se sincero, “Tu abuelo tiene razón, eres malhablado, pero no tan malo de corazón.”

Mauro soltó una carcajada fría, “No creas que me conoces. A veces ni yo mismo puedo controlarme cuando me enfado. No me pongas una etiqueta de bueno tan rápido, podrías arrepentirte.”

Azula le desafió, “Tampoco te empeñes en presentarte como el gran villano. Mira a tus amigos, como Enzo, parece un caballero, pero su nombre solo ya pone a todos nerviosos.”

Fue la primera vez que Azula mencionó a sus amigos, y Mauro la observó con curiosidad, “¿Qué? ¿Te gusta Enzo?”

Azula lo miró furiosa, “¿De qué estás hablando?”

Mauro continuó provocándola, “Está soltero, sin compromiso. Si te gusta, dímelo. No me importaría ayudar a que algo surja entre

ustedes.”

Azula se exasperó, “Estás loco. Apenas lo conozco, ¿cómo puede gustarme? Y aunque fuera así, ¿quién dice que él se fijaría en

mi?”

Mauro la retó, “Si él se interesara, ¿estarías dispuesta a salir con él?”

“Siempre eliges lo que menos importa,” Azula se giró para irse.

Mauro la agarró del brazo de repente, “¿Te enfureciste porque descubrí tus pensamientos amorosos?”

Azula se soltó, “Lo único que quiero es trabajar y ganar dinero para traer a mi hermana a la Ciudad Capital. No pienso en nada más, mucho menos en amorios con hombres que apenas conozco.”

Mauro la miró de forma desafiante, “Quizás deberíamos vernos más a menudo con Enzo. Si llegaras a conocerlo mejor, quizás termines cayendo en sus brazos.”

Azula, enrojecida de ira, le espeto, “¿Tan desesperado estás por deshacerte de mí que me empujas hacia otro hombre?”

Mauro titubed, “Yo…”

Azula, con los dientes apretados, concluyó, “Ya te dije que no te voy a perseguir. En cuanto podamos librarnos del compromiso que nuestras familias han planeado, estaré lista para anular el matrimonio. No tienes por qué apresurarte a emparejarme con alguien más.”

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