Capítulo 1702
Mauro soltó una risita, “Ya verás en un rato, mi hija.”
No pasó mucho antes de que el coche se detuviera frente a una quinta con un amblente elegante y acogedor,
En la Ciudad Capital, estos lugares eran extraños.
Apenas habían entrado al patio cuando un joven se les acercó, “¡Caramba, esperando como quien espera la lluvia en mayo, al fin te dignas a traer a tu prometida para que la conozcamos!”
Mauro aparcó el coche y le dijo a Azula, “Este es Josef Fermín, el heredero del Grupo Fermín.”
El Grupo Fermín era conocido por Azula.
Los Mandes hacían negocios con los Fermín, pero Azula no conocía personalmente a los miembros del Grupo.
Azula saludó con una sonrisa, “Sr. Josef, mucho gusto.”
Josef devolvió la sonrisa, “Sra. Azula, si eres la prometida de Mauro, entonces ya eres de la familia. Llámame por mi nombre de ahora en adelante.”g2
Azula sonrió, “Claro.”
Josef continuó, “Le hemos dicho a Mauro varias veces que te traiga para conocerte y siempre nos ignoraba. Pensábamos que quizás no eras muy agraciada, pero ahora que te veo, eres joven y hermosa. Creo que Mauro temía que nos enamoráramos de ti.”
Azula se sintió un poco incómoda.
Por suerte, Mauro intervino, “Ella es tímida, no la hagan sentir mal.”
Josef bromeó, “¿Antes decías que no querías casarte con ella y ahora ya la defiendes?”
Mauro replicó, “Recuerda que tú también tienes una chica que te gusta, algún día también tendrás que traerla para que la conozcamos.”
Al mencionar a su chica, Josef sonrió, “Claro, en cuanto la conquiste, la traeré para que la conozcan.”
Mauro asintió, “Eso esperamos.”
Josef exclamó, “¡Hecho!”
Mauro preguntó, “¿Y Enzo y Noé ya llegaron?”
Josef informó, “Noé ya está aquí. Está lidiando con su novia que está enfadada, mejor no lo molestamos de momento.”
En ese instante, otro coche llegó.
Josef señaló, “Ahi viene Enzo.”
Azula siguió su mirada y vio a un joven bajarse del coche, con lentes de montura plateada, parecía un ángel caído del cielo.
Todos en el grupo eran atractivos, pero ese chico destacaba entre ellos.
Josef se acercó y pasó un brazo por los hombros del recién llegado, “Enzo, ¿cuándo nos traerás a tu novia para que la conozcamos?”
Enzo Farré contestó, “Tal vez en la próxima vida, a ver si hay suerte.”
Josef le replicó, “No hables así. Mira a Mauro, antes decía que no quería casarse y ahora ya tiene prometida.”
Enzo solo dijo, “Veremos qué pasa.”
Mauro intercedió, “Enzo, te presento a Azula. Azula, él es Enzo, el presidente de Hércules Construcción Co.”
Azula nunca habría imaginado que alguien tan famoso y exitoso como Enzo fuera tan joven, casi como si todavia fuera un estudiante universitario.
Enzo saludó educadamente, “Mucho gusto.”
Azula respondió con prisa, “Director Farré, es un placer.”
Enzo no era de muchas palabras y tras los saludos, no dijo mucho más.
Ni siquiera hizo bromas incómodas.
Mauro cambió de tema, “¿Qué tal si jugamos a las cartas?*
Josef estuvo de acuerdo, “Por mí está bien, solo falta ver si Noé puede.”
Justo entonces, se escucharon gritos desde adentro de la casa, “¡Noé Ramírez, eres un gran mentiroso, me engañaste
otra vez!”
Noé trató de calmar la situación, “Susan, podría engañar a cualquiera menos a ti. Si no me crees, salgamos a ver, quizás ya llegó la prometida de Mauro.”
Susana Ramírez frunció el ceño, cruzándose de brazos mientras miraba a su marido con una mezcla de fastidio y resignación. “Siempre son los mismos compadres de siempre, esos que no traen más que problemas.”
Noé, con una sonrisa forzada que no lograba ocultar su incomodidad, intentó apaciguar a su esposa. “Susan…”