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Boda Relampago: El Lazo Inesperado Capítulo 1696

Capítulo 1696

En la perspectiva de Mauro, todos esos proyectos debían ser atribuidos a Azula, y sin embargo, ella ingenuamente creía que no tenían nada que ver con ella.

Azula, “Vale…”

¿Vale?

Ella simplemente respondió con un “vale”.

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Mauro no tuvo ganas de seguirle el juego.

Poco después, ambos llegaron a la antigua mansión de la familia Pinales.

El mayordomo los estaba esperando en la entrada, y al ver el coche de los dos, se apresuró a recibirlos, “Sr. Mauro, señorita Azula..

Azula saludó cortesmente, Buenas, don Pablo!”

Don Pablo dijo. “Señorita Azula, no es que sea entrometido yo, pero lo que sucede no es un asunto trivial. Afecta no solo la reputación de la familia Mandes, sino también la de la familia Pinales.g2

Piénselo, ¿qué pasaría si la gente se entera de que la futura señora de la casa Pinales trabaja en una cafetería? ¿Dónde dejaría eso el honor de la familia Pinales?

“Lo siento mucho, don Pablo”, dijo Azula, sabiendo que tenía razón, por eso que siempre usó un nombre falso al trabajar fuera.

Ella pensó que, al no usar su verdadero nombre, nadie sabría que era ella, pero cómo dicen, no había secreto que el tiempo no revelase, y la noticia llegó rápidamente a los oídos de Lisandro.

El mayordomo dijo, “No tienes que disculparte conmigo, mejor hable con el señor. Él está atrás en el jardín tomando un mate, sígame”.

Pronto, don Pablo llevó a Azula y a Mauro al jardin trasero.

El abuelo estaba sentado disfrutando de su mate, y al verlos llegar, en lugar de enojarse, les sonrió y llamó a Azula con

cariño, “Hija, ven a tomar un mate conmigo.”

Azula dijo, ¡Abuelo, lo siento mucho!”

El abuelo sonrió, ¿Por qué te disculpas si te estoy invitando a compartir un mate?”

Azula quería decir algo, “Yo…”

Mauro se sentó primero, interrumpiendo a Azula, “Abuelo, no se enoje con Azula, fui yo quien le sugirió que trabajara para ganar su propio dinero.”

Azula se sorprendió, mirando hacia Mauro.

No esperaba que Mauro saliera en su defensa.

El abuelo frunció el ceño y miró a Mauro friamente, “¿Así que admites que la culpa es tuya?”

Mauro respondió: “No robamos ni engañamos, ni hicimos nada ilegal. Ganamos el dinero con nuestro proplo esfuerzo,

y no creo que eso esté mal,”

Cada palabra de Mauro parecía desafiar al abuelo, pero su semblante permanecía tranquilo mientras volvia su mirada bacia Azula, “Hija, quizás no pensé en que necesitarias dinero para vivir en la Ciudad Capital.”

Aldecir eso, el abuelo estaba poniendo a Azula en el banquillo de los acusados, “Abuelo, la falta de consideración fue

mia, no suya.”

El abuelo hizo una señal y don Pablo le pasó una tarjeta, “Señorita Azula, esta es una tarjeta bancaria Treme quinientos mil dólares, úsala por ahora, y cada mes le depositarė mas.”

para

tus gastos.

Azule se sentía incapaz de aceptar tanto dinero, y más aún porque quería valerse por si misma, no queria seguir dependiendo de los demás, “Abuelo, no me hace falta dinero, no es necesario que me lo entregue”

El abuelo suspiro, “Esta tarjeta es una pequeña muestra de mi cariño, si no la encuentras insuficiente, acéptala. No sabes cuánto me duele verte luchar y sufrir fuera de casa.”

Las palabras del abuelo dejaron a Azula sin opción, y tuvo que aceptar, “Gracias, abuelo.”

El abuelo añadió. “Si necesitas algo y te da pena decirmelo a ml, puedes comentárselo a don Pablo, pide sin vergüenza, no te cohibas.”

Azula apretó la tarjeta bancaria con fuerza, sabiendo que la intención del abuelo era impedirle trabajar fuera. A pesar de que internamente se resistia, no tuvo más remedio que aceptar, “Está bien.”

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