Capítulo 1693
Bárbara se enfureció al escuchar las palabras de Azula: “Azula, te advierto que si sigues sin comprender la situación y no te pones las pilas con lo que tienes que hacer, no esperes volver a ver a tu hermanita en toda tu vida.”
Azula contestó con determinación: “Y tú no te olvides que si a Esme le pasa algo, pueden olvidarse de sacarle algún beneficio de la familia Pinales a través de mi.”
Bárbara soltó una risa fria y le dijo: “Azula, tus alas aún no se han endurecido lo suficiente como para desafiarme. Te lo digo claro, te doy un mes más, y si no me llegan buenas noticias tuyas con Mauro, enviaré a tu hermana al extranjero, y nunca podrás encontrarla de nuevo.”
Terminando de hablar, Bárbara colgó la llamada.
Azula intentó hacer una videollamada de nuevo, pero la otra parte la rechazó rápidamente. Al intentar una llamada, el mensaje fue claro: el teléfono ya estaba apagado.
Azula se puso pálida de la preocupación.
¿Qué podía hacer?
¿Qué podía hacer?
Si realmente enviaban a Esmeralda al extranjero, ¿cómo sobreviviría Esme, siendo tan pequeña y sola?g2
De repente, una voz masculina y serena resonó a su lado, “Te ves pálida, ¿te sientes mal?”
Azula giró la cabeza hacia la fuente de la voz y abrió la boca como si fuera a decir, “¿Podrías ayudarme con algo?”
Pero se tragó las palabras antes de pronunciarlas. Pedir ayuda a otros no era tan efectivo como buscar soluciones por su cuenta.
Mauro preguntó, “¿Vas de regreso a la escuela?”
Azula, con Esmeralda en la mente, ni siquiera se percató de lo que Mauro había dicho y asintió ausentemente.
Mauro no podía soportar verla tan callada y cabizbaja, “Azula, en este mundo nadie siente pena por los débiles, ni los quiere.”
Azula lo sabia, y estaba luchando para volverse más fuerte.
Más fuerte para protegerse a si misma y a los que quería proteger.
Pero el crecimiento personal no ocurría de la noche a la mañana, y había muchas cosas que no se resolvian simplemente mejorando uno mismo.
Ahora tenia dinero, tenía la capacidad económica de mantener a su hermana, pero se dio cuenta de que no era tan sencillo traer a Esme a la Ciudad Capital.
Esa familia de sanguijuelas no las dejaría ir a menos que exprimieran el último valor que quedaba de ellas.
Entonces, tenia que encontrar otro camino.
Mauro continuó, “Si quieres respeto, si quieres ser amada, solo puedes lograrlo volviéndote fuerte. De lo contrario, cualquiera te pisotea y te hunde en un abismo sin fin, de donde nunca podrás levantarte.”
Azula mordió su labio, “Gracias por preocuparte, ya sé lo que tengo que hacer, ¿vale?”
Mauro preguntó, “¿Estás preocupada por tu hermana?”
Azula, sorprendida, lo miró fijamente, “¿Cómo sabes de mi hermana?”
El dijo, “Hace días mandé a investigar tu situación familiar y me enteré de algunas cosas sobre ti y tu hermana.”
“¿Qué más sabes?” Azula preguntó.
Mauro continuo, “Tus padres la enviaron a un interado. Solo puede volver a casa una vez al mes. Además, la escuela prohibe llevar dispositivos de comunicación, seguro no has podido ponerte en contacto con ella.”
Azula queria confirmarlo, “¿Realmente solo está en el internado?”
“¿Qué gano ya mintiéndote?”
Al saber que su hermana estaba bien, Azula comenzó a recobrar la calma, “¡Gracias!”
Mauro continuo, “El contrato está firmado, pero eso no significa que estés fuera de peligro. Vuelve a casa hoy y ven a la empresa el próximo lunes. Si tu música necesita alguna modificación, puedes colaborar con Nerea.”
“Eso es lo que haré.”, ella dijo.
Mauro preguntó, “¿Quieres que te lleve de vuelta a la escuela?”
Azula negó con la cabeza, “No es necesario. La escuela está cerca, me puedo regresar en bus por mi cuenta.”
“Está bien.”, él asintió.
